En Barcelona hay tantas motos y siniestros que el ayuntamiento de la Ciudad Condal se ha propuesto solucionar el problema de alguna manera. Preocupados por los números, sacaron adelante un concurso para ver cómo reducir el número de siniestros en moto.
Así que ahora han encontrado dos posibles soluciones presentadas por una empresa catalana y otra singapurense que costarán al consistorio de la ciudad cerca de 200.000 euros. Los dos proyectos llegarán en 2023 a la ciudad en forma de prueba piloto y servirán para controlar aún más a los motoristas.
Más de la mitad de los muertos en accidentes de tráfico en los últimos 10 años eran motoristas
Barcelona es la ciudad de España con más motos. Lleva siendo así desde hace años, y con las restricciones a los coches, la cifra no hace más que subir. El último dato conocido es que hay concretamente 510.650 vehículos de dos ruedas sumando motos, scooter y ciclomotores, solo seguida por Madrid, con 318.533, y Valencia, con 192.414.
Con tal número de motoristas en las calles de la Ciudad Condal cabe pensar que también será la número uno en siniestros. Efectivamente la ciudad está a vueltas con la siniestralidad de la moto, habiendo registrado un dato clave: más de la mitad de los muertos en accidentes de tráfico en los últimos 10 años eran motoristas.
Con esos datos en la mesa Barcelona ha querido ayudar a reducir la cifra negra para los motoristas. Así que el consistorio abrió un "reto" para presentar proyectos "para encontrar soluciones para ayudar a reducir la siniestralidad de las motocicletas". 46 candidaturas provenientes de 20 países después, ahora han ganado el concurso dos de ellas, una empresa catalana y otra singapurense, y entre las dos costarán casi 200.000 euros.
El primer proyecto que entrará en acción en la ciudad este 2023 es el Mapit CARE. Se basa en el análisis del estilo de conducción, las condiciones del vehículo y el entorno y la gestión de los siniestros a través de un sensor instalado en las motos. Este recibirá una financiación de 77.043 euros y ya tiene 17.000 motos sensorizadas en Barcelona.
A través de un sensor hace constantes recomendaciones a los conductores. Y según dicen, sirve para "informar de manera anónima al Ayuntamiento tanto de los hábitos de los motoristas como de los puntos y las horas más conflictivos para poder tomar las medidas correctoras necesarias".
Por otra parte está Rider Dome con una financiación de 96.000 euros. Utilizando la inteligencia artificial, alerta a los conductores de amenazas próximas mediante luces instaladas en los espejos retrovisores que emitirán señales de alerta de colisión, de ángulo muerto y de distancia de seguridad.
Ambos sistemas llegarán en formato de prueba piloto que durará un año. Una vez se haya cumplido la fecha valorarán las posibilidades de implantarlo definitiva y obligatoriamente. Por el momento, entre las dos costarán 173.043 euros.