Fabricar una moto es complicado. Y si hablamos de una de las motos más bestias y rápidas de todo el mundo como es la Suzuki Hayabusa, la cosa se pone todavía más picante.
Así que asistir al proceso de fabricación de una leyenda de las dos ruedas como es la Hayabusa siempre es bienvenido. ¿Alguna vez te ha picado la curiosidad sobre cómo se fabrica la moto que es capaz de llegar a los 320 km/h? Así cocinan a fuego lento la receta mágica para el halcón peregrino japonés.
A Suzuki le lleva entre 2 y 5 horas ensamblar una moto al completo
No hacen falta horas de vídeo para resumir cómo nace y se fabrica una Hayabusa. Siete minutos son más que suficientes para mostrarnos el nacimiento del halcón peregrino japonés, una de las motos que más historia tiene y que se presentó ya hace 24 años.
En Hamamatsu (Japón) hacen magia. Es la fábrica donde Suzuki diseña y crea casi todos sus modelos de motos, aunque tienen otras tantas fábricas distribuidas por el mundo, como la de la India (que fue hackeada esta semana). Este hipnotizante vídeo nos muestra todo el proceso de ensamblaje.
Si por algo destaca esta moto es por mantener las líneas originales con las que llegó antes del cambio de milenio en 1999, año en el que presentaron la GSX1300R Hayabusa buscando ser la moto de producción más rápida del mundo. Ni la Honda Black Bird ni la Kawasaki ZX-12R pudieron destronarla. Aunque ahora sí es la Ninja ZX-14R la que tiene el récord.
Colarse en la fábrica de Hamamatsu es todo un privilegio. Y este youtuber lo ha conseguido. Lo primero es diseñar la moto: papel, luego ordenador y finalmente esculpirla en madera para ver cómo queda.
El proceso es pulcro y meticuloso de principio a final. El motor es uno de los ejes centrales de la moto; mientras las máquinas crean las piezas, los operarios las van ensamblando hasta que el propulsor de cuatro cilindros DOHC y 173,2 CV va tomando la forma definitiva.
Por la línea de producción van pasando las distintas partes y los operarios las van ensamblando: chasis, llantas, carenados pulidos y pintados a mano, basculantes, suspensiones... Todo va tomando forma de una manera hipnótica hasta que la Hayabusa sale de la línea de producción.
La cultura japonesa es extremadamente pulcra en todos los sentidos. No solo ponen extremo detalle en la forma de trabajar, sino también en la limpieza. Su ropa de trabajo es blanca y azul; cualquiera pequeña mancha de grasa o aceite se notaría, pero sus uniformes se mantienen limpios. Es una forma de representar la forma de trabajar limpia y transparente. En Honda, por ejemplo, si un empleado se mancha el uniforme blanco, está despedido.
Test de durabilidad, la prueba definitiva. La moto pasa por numerosas pruebas de rodaje y rendimiento antes de llegar a los concesionarios para comprobar el correcto funcionamiento de todos los componentes chasis. Se demoran cientos de horas en probar cada modelo con el objetivo de comprobar que son resistentes a roturas de chasis y otros componentes.
Esto se puede apreciar en los primeros compases del vídeo: baches a una velocidad considerable, pruebas de suspensiones, de gases, de frenado, de agua, sacudidas con compresión desde altura (para comprobar la durabilidad en caso de impacto) e incluso túneles de aire.
De ahí las motos pasan a la última fase del proceso en la que la embalan y meten en cajas con hierros para su transporte. De ahí las exportan hacia los distintos concesionarios de todo el mundo para dar la felicidad a los futuros dueños que ya anhelan subirse a ella.