No dejan de sorprenderme este tipo de gente, la historia resulta que es cierta y acabamos de ver el resultado final. El señor Bengt Gunnarson, que es propietario de un concesionario de motos en Estocolmo (Suecia), compró hace aproximadamente veinte años una Honda NR 750 y una Honda RC-30 y las guardó en el sótano de la tienda para darse el placer de estrenarlas unos cuantos años más tarde. Ese estreno ha llegado ahora, un montón de años después se ha puesto manos a la obra y ha sacado de sus respectivos embalajes estas dos joyas.
Ambas motos han aparecido ya en Moto22, la Honda NR 750 que fue un ejercicio de diseño mecánico por parte de los ingenieros de la marca y vio la calle en una edición limitada. Mientras tanto la Honda RC30, fue la primera moto en conquistar un campeonato del mundo recién nacido en los años ochenta, el Mundial de Superbikes, que obligaba a fabricar un determinado número de motos para homologar el modelo de competición derivado de la serie.
La cotización de estas dos motos puede ser astronómica, porque están en perfecto estado de conservación y son de kilómetro cero. ¿Pero a que persona en sus cabales se le ocurre comprar dos motos así y es capaz de esperarse veinte años para desempaquetarlas? Están locos estos Suecos.
Vía | Hell for Leather
En Moto22 | Honda NR 750; Honda RC30