Si ayer hablábamos de las características de la Copa Honda CBR250R y de la motocicleta con la que se participa, hoy es el momento de que nos metamos en harina y salgamos a batirnos en duelo al asfalto del Circuito de Barcelona – Catalunya.
El formato es, como dijimos, entrenamientos y carreras todo el mismo día. Es más, en los libres se juntan varias categorías pequeñas como son las Ch80cc, Pre125, PreMoto3 y la propia Copa Honda CBR250R. Y justo en ese momento, en un total de 30 minutos habría que aclimatarse a todo lo nuevo, que era mucho: la moto, el circuito, los neumáticos, etc.
Copa Honda CBR250R: la aclimatación
El primer paso es conocer un poco más la Honda CBR250R y todas las posibilidades de manejo que nos brinda. En mi moto en concreto, el quick-shifter (cambio rápido) estaba inhabilitado pero había que saber cómo se conectaba el interruptor para la calle de boxes, no vaya a ser que me fuese de allí con una bonita multa bajo el brazo.
Un sencillo interruptor nos permitía que el motor cortase automáticamente inyección en segunda a cinco mil vueltas aproximadamente, que correspondía a los 60 km/h que como máximo podíamos circular para entrar y salir.
Regulamos las manetas de embrague y freno, hablamos con el técnico de Andreani-MHS Ibérica para que nos regule las suspensiones a nuestro peso (debo sacar unos 30 kilos al chavalete más grande con los que comparto box) y probamos la postura a los mandos.
Aquí nos llevamos la primera sorpresa porque yo soy grande, demasiado grande para la mayoría de las motos. Sin embargo y aunque desde fuera parezca un arañón, a los mandos no me sentía demasiado encajado. Podía perfectamente acoplarme sobre el depósito sin que el casco me pegase en la cúpula, por ejemplo, o que no tuviese donde poner las rodillas. Me podía mover libremente, algo más que necesario. He de reconocer que las motos que fabrica Honda siempre son super ergonómicas, independientemente de nuestro tamaño.
Sin tiempo para más es hora de salir a conocer el circuito. Me pasé la semana antes dando vueltas como una peonza en la Play Station pero a la hora de la verdad, sabía que me iba a encontrar relativamente perdido. Sobre todo cuando en recta te fulminan el resto de motos, incluidas las de tu categoría que debido al peso de los pilotos me brindan con una diferencia de velocidad de hasta 20 km/h (171 por 151 km/h a final de recta).
Pero yo juego en otra división y la idea con la que llego y me quiero marchar es conocer a fondo la Copa Honda CBR250R. Soy una CRT invitada en medio de la jauría de prototipos de MotoGP. Y es que sólo hay que verlos entrar en la curva Repsol. Sí, esa en la que también ellos van con el codo por el suelo de forma irreal si pensamos en la moto que van subidos.
Tras unas once o doce vueltas, la bandera a cuadros indica que hay que volver a boxes para valorar lo que hemos hecho (que no los tiempos). Ya sabemos cómo frena la moto, cómo acelera y en qué curvas será necesario que a medida que demos más vueltas y bajen los tiempos ir modificando la marcha con la que la abordamos para no quedarnos colgados a media curva al borde del corte de inyección.
Copa Honda CBR250R: los entrenamientos y carrera
Salimos a los cronometrados, ahora sí únicamente las motos de la Copa Honda CBR250R. Puedo empezar a establecer referencias con otros pilotos, aprovechar alguna rueda y sobre todo seguir comprendiendo la moto que me ha sorprendido por tener un chasis y una parte de ciclo impresionante y muy estable.
Al final sigo mejorando mis tiempos pero la inexperiencia, tamaño y peso hacen que acabe saliendo al fondo de la parrilla. Pero da igual porque ruedo siempre con una sonrisa bajo el casco, buscando mis límites y los de la moto. Intentando pasar esa curva cada vez más rápido, frenando más tarde y más fuerte, haciendo un paso por curva más rápido. Divirtiéndome como un enano. Acabo de quitarme 15 años de encima.
Ya en carrera y tras aguantar a la cola del pelotón los primeros kilómetros ruedo casi completamente solo. Pero los tiempos siguen cayendo, vuelta tras vuelta, y yo sigo divirtiéndome. ¿Cómo una moto como la Honda CBR250R puede ser tan divertida en circuito? ¡Si no estaba desarrollada para ello!
Copa Honda CBR250R: la moto
¿Cómo es la Honda CBR250R preparada para competir? Pues es una pequeña joya con la que aprender. Y además aprender la esencia de las carreras porque con su relativamente escasa potencia no hay que preocuparse de cuándo dar gas. Es casi imposible irte al suelo por un exceso de fogosidad. Pero su parte de ciclo aguanta carros y carreras con lo que se puede buscar los límites en otros campos.
Tres siempre han sido las premisas que se busca en competición: frenar tarde, pasar la curva lo más rápidamente posible y acelerar cuanto antes. Con la Honda CBR250R se consigue aprender las dos primeras. Y de qué forma.
Os aseguro que no sé si era más irreal verlos frenar a final de recta, no cuando se ve a Dios como se suele decir, sino cuando ya has asustado incluso al tío ese feo de la guadaña vestido de negro que te esperaba en la escapatoria. Llegaba yo enchufado y tras pasar el cartel de los 100 metros, me lanzaba desesperado al freno delantero. Pues bien, por la derecha y como postas me adelantaban, frenando tardísimo y lanzando la moto a la curva uno y dos como si no hubiese mañana.
Igual ocurría en el paso por curva, rapidísimo. Y todavía es más brutal si pensamos que lo están haciendo con un chasis de serie y una horquilla únicamente modificada. Cualquiera de estos chavales, cuando se suban a cualquier moto más potente dejarán con la boca abierta a muchos que no han tenido este tipo de aprendizaje porque serán capaces de encontrar rápidamente los límites de la moto y únicamente preocuparse de saber cuándo y cuánto dar gas. Correr en recta lo hacemos todos muy bien.
La Honda CBR250R posee un empuje muy plano, lo que te obliga a estar muy atento del régimen de giro del motor y aprovechar las 3.000 últimas vueltas antes de cambiar. Aquí es donde te tienes que mover y un error en un cambio sale carísimo. Otro punto a favor de la copa, porque obliga a los jóvenes pilotos a no cometer errores ya que les constará un precioso segundo que luego tendrán que recuperar. Y con tanta igualdad mecánica, requiere un gran esfuerzo.
Hablando de igualdad, es tal que en recta podía ver como el que iba primero lo adelantaban por rebufo para luego devolvérsela a mita e incluso antes de la frenada, volver a intercambiar posiciones. Estrategia, saber cuándo adelantar y cuándo levantar el cuerpo para no enseñar tus bazas (o esperarte al final). Vuelta tras vuelta se aprendía algo.
Copa Honda CBR250R: conclusiones
En el artículo de ayer, Arcamps85 comentaba lo siguiente:
Esas horquillas me recuerdan a las de la nsr 75 fII de hace unos cuantos años. en cuanto al copa cbr250 esta claro que todo lo hace el dinero(HONDA), no le veo mucho sentido motos de competición tan pesadas y con tan poca potencia(26cv).y encima vienen con el cuento de que es barato ,etc etc... Tenia mucho mas sentido el "criterium 80cc" de hace 20años con sus nsr ,tzr ,gpr ,etc, en el que cualquier taller con poco dinero, podía participar gracias a la simplicidad mecánica de los motores de 2 tiempos y motos de calle fácilmente modificables.
Siento decir que te equivocas completamente. Y te invito a que pregunte a cualquiera de los chavales que corren en la Copa, o a sus padres que son los que se rascan los bolsillos para que ellos puedan correr.
Estamos siempre con el San Benito de que si los dos tiempos, de que si eran más baratas... ¿Más baratas? ¿Más baratas comparados con qué? ¿Con una copa de promoción como esta? Ni en sueños. Hasta el momento y tras cinco pruebas, ningún motor tuvo que ser abierto para hacer labores de mantenimiento. En su rodaje se incluía entrenamientos que hace el piloto por su cuenta y carreras. Cualquier motor de dos tiempos ya tendría que haber sido abierto para cambiar pistón, segmentos, etc.
Incluso hablando con Raúl, el mecánico que me asignaron para ocuparse de la Honda CBR250R, calculaba que la mayoría acabarían la temporada sin tocar motor. ¿Eso es más caro que una dos tiempos? Rotundamente no.
¿Sabéis el trabajo que tenía que hacer en la moto según llegaba? Ninguno. Comprobaciones visuales, poner los calentadores y la moto ya estaba lista para la siguiente salida a pista. Absolutamente nada, al igual que el resto. Únicamente vi motos desmontadas o por caída o por cambio de neumáticos. En cualquier otra competición estarían destripadas, ajustando carburación, cambiando partes de motor...
Y es que ninguno os habréis parado a pensar en otra cosa muy importante. Hablamos de chavales, con una media de 16 años que lo que quieren es rodar, rodar, y rodar. En otro tipo de moto alguno se tendría que quedar sin hacerlo porque simplemente su moto no quiere arrancar. Y no todos los padres son mecánicos y hay que hacerlo sencillo para que, salvo hecatombe, cuando demos al botón mágico la moto arranque.
Recuerdo cuando hacía supermotard lo que era ver a un compañero hartarse a dar patadas a la moto que no quería arrancar. Sudando la gota gorda mientras yo, le daba al botoncito y salía sin ningún problema. Pues este caso es muy similar. Teníais que ver las lágrimas de alguno que no pudo salir por irse al suelo y romper alguna pieza de la que no había recambio. Porque él solo quería salir a pista y correr.
Así es como se puede hacer una copa económica y con la que, además de aprender, no hace falta que seas rico (porque lo de los patrocinios hoy en día...). Puedes cerrar el presupuesto a principio de temporada sabiendo casi con toda seguridad lo que vas a gastar. Sabes el precio de la moto, sabes el precio de las inscripciones y desplazamientos. Únicamente con prever una partida para reparaciones por caída y para el gasto de neumáticos ya lo tienes todo cerrado. Y además sabes que la moto te la quedas al final por lo que puedes llegar a recuperar una mínima parte de la inversión inicial.
Y es que cómo no se puede tocar nada, no hay envidias. Ni piques entre los padres porque la moto del otro corre más que la mía y no sé lo que lleva puesto ni nada parecido. Además, todos o casi todos comparten un mismo box. La rivalidad está en pista pero una vez acabada la carrera, todos son amigos, son conocidos y se apoyan mutuamente.
Para ejemplo un anécdota: en la segunda carrera el asfalto estaba mojado. Yo decidí no salir porque era absurdo arriesgarse a caer, hacerse daño o romper la moto que nos habían dejado. Todos los pilotos o casi todos salieron a pista con ruedas de lluvia menos uno. Desconozco si porque no tenía o por hacer una apuesta diferente ya que la pista se estaba secando.
No tuvo una buena actuación y corrió toda la carrera en inferioridad de condiciones. Ya en el parque cerrado, se vino abajo y las lágrimas corrían sobre sus mejillas bajo el casco. Prácticamente todos los demás compañeros (que no rivales tras la carrera) se acercaron a hablar con él y darle ánimos. Esta es una muestra más del espíritu que una carrera como la Copa Honda CBR250R representa.
Económica, divertida, igualadísima... quien tuviese 18 años, y no estuviese casado, y con un hijo, y midiese 15 cm metros, y pesase 50 kilos... les hubiese dado pal pelo. Gran invento la Copa Honda CBR250R. Por cierto, atento a la próxima noticia. Si quieres imitarme y conocerla de primera mano...
Nota: Los gastos del viaje, alojamiento, inscripciones y demás material necesario han sido asumidos por Honda Montesa. Para más información, consulte nuestra política de relaciones con empresas. Gracias a Agustí Nubiola y a Miki Viñola por las fotos.
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