Filtrar entre carriles cuando se circula en moto es una práctica habitual. En España es legal filtrar carriles con moto bajo ciertas condiciones. Quien lo haya practicado, sabe del riesgo que supone, y no hablemos si la velocidad es elevada o directamente no moderada.
Un perfecto ejemplo de cómo no filtrar con moto entre carriles y de cómo utilizar el espejo retrovisor mientras vamos en coche es este vídeo. En él, un Porsche Macan termina tirando a dos motoristas en solo 12 segundos, y es una importante lección a aprender.
La culpa la tienen todos
En este vídeo tenemos todos los ingredientes posibles para un desastre. Por un lado, el conductor de un Porsche Macan algo despistado que no parece hacer un uso demasiado hábil de los espejos retrovisores y por el otro, y todavía peor, dos motoristas temerarios que encima llevan copiloto o paquete.
Esto ha pasado en Singapur, concretamente el 28 de noviembre. Tan solo dura 24 segundos, pero que valen oro para aprender una lección sobre seguridad vial.
En una carretera con cuatro carriles, el extremo derecho lo ocupa el Porsche. Atascado en el denso tráfico, señaliza con el intermitente para moverse a la izquierda, para ejecutar el movimiento instantes después.
Al final se incorpora, pero en ese preciso instante una moto que viene con pasajero a una velocidad que sin ser alta, tampoco parece ser baja, impacta contra el coche. ¿Culpa de quién? La moto viene filtrando a una velocidad poco prudente y el conductor del coche parece no utilizar del todo bien el espejo.
La cosa no termina ahí, porque cuando se decide a poner los cuatro intermitentes y detenerse, vuelve a cometer el mismo error: no mirar por el retrovisor. Sorpresa: venía otro motorista filtrando y tampoco a una prudente velocidad. La puerta gira sobre sí misma y el motero, al suelo.
La lección está más que clara: conductores, utilizad siempre los retrovisores, y no una, sino varias veces. Y motoristas, filtrar es legal pero solo en núcleos urbanos y bajo estas condiciones: "El conductor dejará un margen lateral de seguridad proporcional a la velocidad y a la anchura y características de la calzada". En este caso no se respetaba ni una ni otra, así que la culpa es de todos.