Desde el día en el que las minicámaras deportivas llegaron al mercado, cientos de usuarios y moteros han visto la perfecta oportunidad de alimentar su propio ego. Imagínense, ya no sólo podrán hacer el energúmeno por el pueblo, sino que además pueden subirlo a Youtube y dejarlo a disposición de medio mundo, ¡casi nada! Hoy vamos a aprender una lección de vital importancia: hacer un caballito en mitad de la vida pública está mal, pero además, vacilarle al agente que te ha pillado está aun peor.
Viajamos hasta las calles centrales de Londres, donde vemos regularmente distintos videobloggers tan populares como Royal Jordanian. Pero esta vez vamos a dejar el arte de la filtración entre el tráfico, para subirnos a bordo de una Suzuki GSX-R 600. Esperamos impacientes ante la rojiza luz del semáforo y en cuanto se pone verde, salimos disparados y nos encontramos con la oportunidad de marcarnos un caballito en plena ciudad…
El tipo en cuestión pega un golpe de gas que eleva el tren delantero acelerando hasta pasados los 100km/h en, insisto, pleno centro de Londres. Cuando Mr. Ego acaba su obra comienza a aminorar la marcha: vemos gente paseando, una familia con el cochecito de un bebé… y al final de la calle, la policía montada local. El conductor, en una muestra absoluta de ingenuidad, clama no haber pasado de 22 mph máximo (35km/h).
El agente le indica que él también monta en moto y que sabe muy bien de qué son capaces estas máquinas (se refiere a la velocidad a la que debía ir tras haber revolucionado el motor hasta casi el corte). Insiste, además, en que no apague su cámara, quiere que sus amigos vean la bronca que le cayó del policía a caballo.
Y va más allá indicando que otros requisarían la cámara para utilizar la grabación en su contra y hacerle perder el carné para una temporada, como mínimo.
Finalmente, el agente le pide que abandone el lugar. Lo cierto es que muchos pedirían una condena ejemplar, pero quizás haya sido más útil haberle hecho entender que ni es más listo que la policía, ni puede conducir como si estuviera en su casa.
Vía | MCN