Este es el resultado de ser alguien concienzudo. A Scott's Crazy Builds le delata su nombre, y hace alarde de todo tipo de máquinas que son una pasada, y lo más importante, hechas artesanalmente. La última que ha enseñado en su canal de YouTube le ha llevado fabricarla la friolera de cinco años en el garaje de su casa.
Es una moto. A simple vista llama la atención el enorme escape situado bajo el colín. Y es que no es una moto cualquiera: es una con un motor a reacción que, cuando la enciende, parece un verdadero cohete. Y no, no es broma.
A su dueño le hace falta un traje ignífugo para conducir la moto
Cinco años se dicen pronto. Es el tiempo que Scott dice haber estado metido en su garaje desarrollando esta increíble máquina. Un peligro con ruedas con el que hay que tener mucho cuidado, porque ni siquiera puede rodarla si no es con un traje ignífugo debido a las altas temperaturas que puede coger, explica.
Para los que no lo sepan, un motor a reacción, o reactor, o jet, produce su empuje a través de una compresión del flujo de aire o chorro. El empuje es tan grande que se usa en la industria aeronáutica, pero... ¿En una moto? No tiene sentido, a menos que seas youtuber.
Para entender el principio, funcionan con un aire comprimido que se mezcla con combustible y se quema en la cámara de combustión, generando gases a alta presión y temperatura. Los gases salen por una enorme tobera, en este caso adaptada al colín de la moto.
Lleva equipado un postquemador, que es el que desprende tanto calor y el motivo por el que cada vez que tiene que circular con ella necesita un traje ignífugo. Solo ese componente alcanza los 115 grados centígrados. Por ese motivo también tuvo que recubrirlo con un escudo térmico.
Para funcionar necesita una mezcla de gasolina y diésel, aunque en la aeronáutica se emplea directamente el queroseno. El proceso de encendido le lleva un rato, pero una vez termina el proceso, suena el estruendo de semejante obra de arte.
Más que verlo, merece la pena escucharlo porque es un sonido realmente atronador hasta el punto de que incluso el escape o tobera se enciende en un rojo vivo. ¡Te dejamos darle al play!