La vuelta a la normalidad está siendo paulatina, más o menos rápida según la fase en la que se encuentra cada provincia española y aunque la cautela no debe desaparecer, ya empezamos a ver la luz al final del túnel con todo esto del COVID19.
El tema de la movilidad es una materia candente y es de las cosas que más están cambiando. El tráfico de vehículos a motor se ha reducido en las ciudades españolas y otros medios de transporte han crecido en popularidad, es el caso de la bicicleta. El scooter también tiene qué decir y se muestra como una solución de movilidad acertada.
La bicicleta es para Europa lo que el scooter es para España
La bicicleta es un medio de transporte activo que es bastante popular en otros países europeos, pero que en España no lo es tanto. La cultura del ciclismo urbano aún tiene mucho recorrido por hacer en nuestro país. Es indudable que su uso ha crecido durante el desconfinamiento post COVID19, pero queda la incógnita de su evolución. ¿Cuántos de los desplazamientos que ahora se hacen en bicicleta seguirán siendo así en la vuelta a la normalidad?
Al contrario de lo que sucede con la bicicleta en otros países, la filosofía del scooter como solución de movilidad urbana sí que está más asentada en España. Si se compara la fotografía, la presencia de motos en ciudades como Madrid o Barcelona es muy superior a otras como por ejemplo Múnich. A parte queda la realidad de los países mediterráneos como es el ejemplo de Italia, que es más cercana a la española.
Aunque el COVID19 lo está cambiando todo en materia de movilidad, la moto se ha quedado un poco en territorio inetermedio entre la bicicleta (el descubrimiento) y el coche (el modo de transporte denostado). El gran argumento en contra de la moto es que por lo general utiliza mecánica de combustión, y eso algo negativo en las grandes ciudades. Además también se menciona el tema del ruido que, aunque perfectamente legal, es mayor que el de los coches. A su favor tiene todo lo demás ya que se trata de un transporte de alta ocupación, rápido, efectivo, y que demanda poco espacio.
El scooter urbano la solución de movilidad actual y la moto eléctrica, la clave para el futuro
Para afrontar la lucha contra el COVID19, las instituciones públicas animan a utilizar medios de transporte individual. La moto entra perfectamente dentro de este grupo y, respecto a la bicicleta y el patinete, es el único vehículo que se puede utilizar también para hacer trayectos de larga distancia.
El scooter urbano de baja o media cilindrada se presenta como una solución sin apenas fallos para esta nueva realidad. Los precios de adquisición son ajustados y la variedad en el mercado es infinita. También son muy numerosas las oportunidades que se pueden encontrar en las webs de vehículos de ocasión.
En el uso diario también se trata de un vehículo económico y los consumos de entre 2 o 3 litros a los 100 kilómetros en uso urbano son asumibles para la práctica totalidad de los bolsillos. No se debe olvidar la opción que ofrece la legislación española de conducir un vehículo ciclomotor con el carnet de coche y de hasta 125 centímetros cúbicos una vez se tienen tres años de experiencia.
Las alternativas de propulsión eléctrica poco a poco van siendo más y mejores, y no cabe duda de que tendrán mucho que decir en un futuro que está cada vez más próximo. Productos como los que propone Silence no hacen otra cosa que recordarlo y los servicios de motosharing lo ejemplifican en la calle.
La Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (ANESDOR) y la Real Federación Motociclista Española (RFME) han estado muy activas en su labor de comunicación durante las últimas semanas tratando de mostrar las ventajas de la moto como solución de movilidad post COVID19.
La moto, vehículo indispensable para la nueva realidad según la RFME y la DGT https://t.co/N9THtaccwc pic.twitter.com/DLwQsEGAwl
— RFME (@rfme_oficial) May 15, 2020
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