La imaginación es una virtud que se tiene o no se tiene. De hecho, podríamos decir que esta cualidad es la precursora de grandes inventos, tanto del pasado como del presente. Sin embargo, no a todas las personas nos da por hacer las mismas cosas. Y sino que se lo digan a este Youtuber australiano.
Hablamos de Ben Robertson, el popular YouTuber dueño del canal SNAIL TV del que ya os hemos mostrado alguno de sus trabajos, como este espectacular kart con motor de Hayabusa. Para su segunda locura, el reto ha ido más allá. Coger una Honda CBR1000F del 93 e introducirle un motor K24 con un turbo Garret. Casi nada.
Honda CBR1000F: un motor que podría generar más de 1.000 CV de potencia
Últimamente hemos visto preparaciones de moto de todo tipo. Pero como esta, ninguna. Y es que Ben Robertson, el YouTuber australiano conocido por su canal SNAIL TV, se ha empeñado en que hablemos de él asiduamente por ofrecernos ideas totalmente locas.
La última es la de incluir en una CBR1000F del 93 el motor de un Honda Odissey. No contento con ello, le ha armado un turbocompresor Garret de proporciones desorbitadas. El resultado es espectacular, ofreciendo a simple vista un aspecto de lo más bestial con la turbina saliendo por un lado de la moto y el intercooler por el otro.
Para aquellos que no conocen la Honda CBR1000F deciros que este modelo nació en 1987 e inmediatamente atrajo la atención de todos los medios de comunicación por contar con un cuerpo enorme y un perfilado carenado que le permitía alcanzar velocidades cercanas a los 260 km/h con su enorme motor de cuatro cilindros en línea que daba 130 CV gracias a sus 16 válvulas.
Para Honda, este modelo se iba a convertir en la la mega-touring del siglo. Sin embargo, el consumo de gasolina y su excesivo peso lastraron su éxito comercial. Una situación que nuestro querido Ben ha querido solucionar de una manera un tanto radical y no sabemos si efectiva.
Ya que ha cogido el motor de un Honda Odissey y lo ha acoplado al chasis de la moto no sin antes agregarle unas cuantas chuches. La primera, y más evidente, ha sido añadir un turbo Garret de inmensas proporciones y un intercooler para refrigerar la cantidad de aire que pueda absorber. Tampoco le falta una válvula de descarga para que no se sobrecargue.
Además, para ganar estabilidad, su subchasis ha sido alargado a través de barras de acero, creando un conjunto alargado que logre imprimir toda la fuerza generada por su mecánica en el suelo. Y es que la esperanza de este YouTuber es crear un motor de 1.000 CV para un peso total de 1.000 libras (unos 450 kg), convirtiéndose en una moto con mejor relación peso potencia que la de un Bugatti Chirion.
Sin embargo el proyecto aun no está acabado. De hecho, no hemos escuchado ni como suena esta bestialidad cuando está arrancada. En uno de sus último vídeos, Ben explica que la han desmontado al completo para pasar a pintarla y dejarla casi lista, arreglando los últimos detalles antes de verla en acción.
Lo mejor de todo es que su intención es utilizarla en carretera aparte del circuito, un hecho que nos hace explotar la cabeza. En cualquier caso, nosotros quedamos a la espera de su primer arranque y la evolución de lo que pueda ocurrir con este engendro del motor.