Las motos trail están de moda. Eso lo dictan los números de ventas en prácticamente toda Europa. Los más añejos en el mundo de las dos ruedas saben de primera mano que las preparaciones clásicas tienen un sabor especial, un toque distintivo perteneciente a una época pasada, para muchos mejor.
La de hoy es una moto flechazo al corazón de los moteros noventeros. Una preparación con mucho mimo y sabor dakariano, una NX650 Dominator enfocada al mundo del rally, y hecha por un expiloto.
Una moto rehecha de arriba abajo; a esta trail no le queda un tornillo sin modificar
Paolo Manara es quien rige 'Manara Artwork', un taller de preparación muy exclusivo en Italia. Paolo fue piloto en una época añeja, pero como casi todos los pilotos, tuvo que acabar colgando las botas por las lesiones, cuenta a Bike Bound. En su palmarés guarda dos nacionales de motocross y 12 temporadas.
Hace 7 años emprendió su propio camino como preparador, y bien demostrado queda el mimo que le pone a todas sus motos. 'Amazzone' (Amazon) fue su primera moto, una moto que olía a madera, literalmente. Su idea fue combinar "el mundo adrenalínico de los motores y la calidez de la madera".
Sí, ya dice que son "dos mundos tan diferentes y distantes", pero lo sacó adelante. Sobre la base de una vieja Suzuki creó esta moto con componentes a base de madera de olivo... Y la verdad que el resultado es tan estrambótico como cuidadoso. Puedes echar un ojo aquí.
Pero esa no es la protagonista de hoy, sino una Honda NX650 Dominator de 1991 en la que ha cuidado cada detalle. De aspiraciones dakarianas, el objetivo era crear una moto off-road para hacer viajes de media distancia.
La lista de modificaciones de esta Honda trail no es precisamente corta, porque dice que ha sacado hasta "el último tornillo". Ha trabajado en todo, desde el chasis, basculante (alargado, por cierto), el subchasis trasero, las llantas de radios, el motor y la carburación, la parte ciclo, el sillín...
Y por supuesto, una cuidadísima estética que nos evoca a las competiciones del Rally Dakar del siglo pasado.
La moto poco tiene que ver con la Dominator original. El resultado final, una 'rally raider' en toda regla, de aspecto retro y un elocuente parecido a la mítica Cagiva Elefant, pero a la japonesa.
El precio es... Incalculable, porque es una joya muy particular y trabajada. Un dardo al corazón de los moteros más clásicos que, para qué mentir, muchos querrían tener en su garaje