La temida Inspección Técnica de Vehículos o ITV es una obligación que no solo afecta a automóviles y otros vehículos más pesados de cuatro ruedas, sino que las motos también tienen que superar las distintas pruebas que se realizan en estos centros especializados. La finalidad es asegurar o al menos intentar que todo el parque de vehículos del territorio español esté en unas condiciones mínimas para poder circular con seguridad.
La primera vez para las motocicletas llega a los 4 años, contando desde la fecha de matriculación más antigua de la moto. Y esto también afecta a vehículos ligeros englobados en la misma categoría, como los de tres ruedas, los cuadriciclos y los quads. Y cuidado, porque los ciclomotores dejaron de estar exentos de pasar la ITV en 2007 y puede que todavía quede algún rezagado que no lo sepa. Para estos, la primera visita tendrá lugar tras los 3 primeros años.
Entonces, ¿es igual en las motos y en los coches?
Pues sí y no. Es decir, la primera vez que acudas con tu moto, que no ciclomotor, será en un período similar al de un automóvil, pero luego solo habrá que acudir cada dos años a pasar esta revisión periódica, independientemente de la antigüedad que tenga la moto. Y aquí los ciclomotores ya se suman a la misma norma.
Para que quede claro:
| Vehículo | 1º ITV | Posteriores ITV | ITV con 10 años de antigüedad |
|---|---|---|---|
| Automóvil | Cada 4 años | Cada 2 años | Cada 1 año |
| Moto | Cada 4 años | Cada 2 años | Cada 2 años |
| Vehículo ligero | Cada 4 años | Cada 2 años | Cada 2 años |
| Ciclomotor | Cada 3 años | Cada 2 años | Cada 2 años |
Ahora solo necesitas saber cuántos años tiene tu moto y cuándo te va a tocar pasar la primera ITV. Esta información la tienes en el permiso de circulación del vehículo, concretamente en el apartado ‘I. Fecha de matriculación a la que se refiere el presente permiso’.
Si no es la primera vez que acudes, ten en cuenta que la fecha de la próxima revisión aparecerá en la 'Ficha Técnica', comúnmente llamada 'Tarjeta ITV'. Tanto este documento como el permiso de circulación serán obligatorios cuando acudas a tu centro de inspección más cercano, en el que se aconseja pedir cita previa. Desde 2018, te permiten ir en un plazo de hasta 30 días previos a la caducidad, sin que varíe la fecha original para la próxima inspección.
Y de paso, recordarte que el mes y el año en el que te toca pasar la siguiente ITV también vienen reflejado en el distintivo o pegatina que se te entrega tras pasar la prueba de forma favorable. Al igual que en los coches, debe ir colocada en una zona visible de la motocicleta.
Aunque no suele ser obligatorio, sí que te recomendamos que lleves el último justificante de pago del seguro del vehículo en cuestión, aunque ya sabemos que esto puede ser consultado por la estación de forma telemática. Pero nunca se sabe… Lo mismo te decimos con el DNI, que se te puede solicitar a ti o a quien acuda a pasar la ITV con tu moto.
¿Qué van a comprobar en mi moto?
Primero hay pagar los entre 20 y 43 euros que cuesta la tasa, según la cilindrada de la motocicleta y la Comunidad Autónoma en la que vayamos a pasar la ITV, que puede ser cualquiera del territorio español, independientemente de la provincia en la que matriculaste tu vehículo o de tu residencia habitual.
Los elementos a revisar de tu vehículo de dos ruedas serán en primer lugar la matrícula y el número de chasis, lo que permitirá cotejar los datos con los de Tráfico y confirmar que no se trata de una moto robada o que circula con alguna anomalía.
El resto de cosas a tener en cuenta son el sistema de alumbrado, la suspensión, los frenos, las luces intermitentes y cualquier aspecto que en un primer vistazo pueda parecer dañado o irregular. También se hace hincapié en el estado aparente del motor, buscando fugas de líquidos o ruidos extraños en su funcionamiento.
Los límites legales en cuanto a emisiones de gases contaminantes y de ruido cada vez son más restrictivos y pueden obligarte a tener que volver tras solucionar el entuerto, sobre todo si tu moto tiene una relativa antigüedad.
Por supuesto, los neumáticos deben tener un dibujo suficiente para circular con seguridad, para lo que nos fijaremos en los testigos de desgaste de la banda de rodadura principal de la goma, así como no estar cuarteados ni dañados.
Si no tienes claro el estado de tu moto, lo mejor es que la lleves a un taller para que le hagan un chequeo, un servicio que se ofrece en muchas ocasiones bajo el nombre ‘revisión pre-ITV’.
Las multas relacionadas con la ITV
Tras pasar por la inspección obligatoria, el resultado puede ser:
Favorable
Favorable con defectos leves: no tendrás que volver a la estación de ITV pero sí subsanar los fallos que quedan reflejados en la Tarjeta ITV y pueden ser comprobados por las autoridades en un control rutinario.
Desfavorable con defectos graves: hay elementos en mal estado que no aseguran una circulación con seguridad. Nos dan, en general, 2 meses para repararlos pero 'en teoría' solo se nos permite conducir el vehículo entre el taller y la estación de ITV. En caso de solucionarlo y acudir en un plazo determinado te puedes librar de pagar otra vez la tasa, o al menos una parte, pero eso dependerá de la Comunidad Autónoma e incluso de la estación a la que hayas acudido.
Desfavorable con defectos muy graves: la única opción es que una grúa lleve nuestra moto a un taller, para volver a pasar la inspección una vez que se hayan hecho las reparaciones pertinentes.
El centro de inspección no tiene potestad sancionadora, pero si las autoridades nos cazan con la ITV caducada, nos emplumarán con una multa de 200 euros, que se reduce a la mitad en el caso optar por pagarla con la opción de 'pronto pago' en los 20 días naturales a partir de la recepción en el domicilio de la sanción. Si te pillan circulando con un vehículo que ha sido calificado como desfavorable en la ITV, el desembolso será, sin excepciones, de 500 euros.
Obviamente, circular con una revisión con resultado 'desfavorable con defectos graves' nos puede traer problemas si no conseguimos demostrar que estamos haciendo el trayecto taller-ITV o viceversa, por lo que conviene no confiarse ya que nos podríamos enfrentar a una sanción similar a la de llevarla caducada.
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