Hay competiciones que no dejan lugar al asombro, y son tan desconocidas como curiosas. No solo hablamos del Sidecar TT de la Isla de Man, o de la serie japonesa de motos raras, ruedas triangulares y mafia. Hoy venimos a hablar de scooter que tocan rodilla en circuito. Es el Campeonato Cub Prix de Malasia.
El MotoGP de los scooter es una serie prácticamente única en el mundo, y de las más conocidas. Solo se compite con motos o ciclomotores con cilindradas de 100 a 150 cc en el que buscan al piloto con más agallas y que más pliega la rodilla para descubrir diamantes en bruto sin explotar.
Algunos de sus pilotos han llegado a Moto3 gracias a esta competición
La fórmula es atractiva, tanto como digno de ver y presenciar: scooter de 100 a 150 cc tocando rodilla en trazados urbanos e incluso mundialistas y protagonizando unas batallas dignas de MotoGP. De hecho acapara la mirada internacional de un patrocinador como Petronas (de origen malasio) y con tres marcas, únicamente: Yamaha, Honda y Suzuki.
Empecemos por los antecedentes. Esta serie empezó en 1994 con las Cub. Seguro que ya te lo olías, porque como hemos dicho su nombre es "Cub Prix". A mediados de los '90 corrían con las Honda Cub de 50 cc, la misma que Soichiro Honda presentó en 1958.
El objetivo era una competición en la que todos pudiesen participar. Un scooter tampoco era ni es caro hoy en día. El toque callejero definitivo viene en los circuitos en los que corren: trazados urbanos preparados para la ocasión con un máximo de dos rondas por año. Y corren por todo el país malasio, pasando por las principales ciudades.
Habitualmente hay 10 rondas. Esta especie de MotoGP de scooters empieza en marzo, y recorren el país a lo largo y ancho en 10 rondas que empiezan en marzo y terminan en diciembre. Tienen hasta su propio descanso estival para celebrar el Ramadán y el Shawwal.
El concepto ha ido degenerando y ya no solo corren con las Cub. De hecho tienen tres categorías. La principal es la Open-Make Category, con otras tres subdivisiones, la Wira (pilotos de entre 13 y 17 años), la CP125 (amateur con cierto nivel) y la CP150 (los scooter más tochos). Luego está la Semi-Amateur para corredores privados sin patrocinador y la One-Make, la más importante con apoyo de Suzuki, Honda y Yamaha que trae a los ídolos más jóvenes.
Dentro de la One-Make corren por marcas: la Yamaha PETRONAS Super Series, la Honda Dash 125 Challenge y la Aeon Credit Service Yamaha NVX Challenge.
Tiene mucho que ver con MotoGP. Si alguna vez ves un piloto malayo, seguramente venga de esta pequeña competición. En 2009 todos los patrocinadores y equipos se pusieron de acuerdo para desarrollar un programa de 'wildcard' con estos pilotos en la categoría benjamina de MotoGP. Quizá te suene el nombre de Zulfahmi Khairuddin, piloto de Moto3. Empezó montado en estos scooter. O quizá Hafizh Syahrin Abdullah y Md Zamri Baba, también.
Las carreras están llenas de emoción. Verás todo lo que puedes esperar de unos jóvenes talentosos con ganas de bulla subidos a un scooter, y en un trazado urbano (que eso le da más toque picante al asunto).
Depende del trazado suelen completar una media de 18-20 vueltas. Tienen su estilo propio de pilotaje heredado de las altas competiciones: sacan la pierna para equilibrar la moto, pliegan la rodilla e incluso llegan a rozarla y tumban al máximo el pequeño scooter con neumáticos delgados.
Tienen hasta Safety Car y una vez al año corren en Sepang, mismo lugar donde también pasa MotoGP. Naturalmente hay accidentes, y unos cuantos; chavales desbocados con un scooter y trazados ratoneros tumbando un scooter son el cóctel molotov perfecto. A pesar de ello son carreras altamente deportivas, y no nos extrañemos de ver a más pilotos malayos en MotoGP que recuerdan su origen: el scooter.