Pocas patentes de Kawasaki hemos podido ver en los últimos años. Sus proyectos los mantienen bien en secreto. En 2016 conocimos unas primeras filtraciones en las que la marca estaba desarrollando algún tipo de moto eléctrica. Tres años después, en marzo supimos más datos y llegó a nuestro conocimiento que podría estar preparando una moto eléctrica tan potente que necesitaría refrigeración líquida de aceite.
Ahora ha llegado a nuestros oídos que Kawasaki presentó en 2013 una patente en la que desarrollaba un sistema de baterías intercambiables en lo que parece algún tipo de deportiva de la marca y que finalmente ha sido revisada y aprobada en 2019.
Una Kawasaki Ninja con batería extraíble
Lo interesante de esta patente es que en el lado izquierdo de la motocicleta hay unas bisagras que permiten abrir una sección del chasis tubular de forma sencilla. Esto nos permitirá acceder, sin retorcer la mano ni hacer gestos raros de la cabeza, tanto a las baterías como al motor.
Con esto se nos abre una opción que hasta ahora era complicada en otros vehículos de dos ruedas de tamaño medio o grande: acceder a las baterías (de ión-litio en este caso) y poder cambiarlas por otras que estén cargadas previamente. De esta forma incrementaría la practicidad de la moto y resolvería de alguna forma el problema actual que hay con las cargas de los vehículos eléctricos: el tiempo que requiere esta acción.
Por poner un ejemplo, la Zero SR/F, una moto eléctrica de 110 CV, 190 Nm y hasta 320 kilómetros de autonomía, necesita estar enchufada a la red unas 4,5 horas (en su versión Standar) para que las baterías estén cargadas al 100% y durante ese tiempo, al no tener baterías extraíbles, no podríamos utilizar la moto.
En realidad, el tiempo de carga con la Kawasaki sería parecido (en función de la capacidad de carga y el tipo de cargador), lo que cambia con esta patente es que dejamos de tener el vehículo parado hasta que las baterías vuelvan a estar llenas, cosa que nos haría la vida mucho más fácil. Y no solo eso, también tendríamos acceso al motor para realizar de una forma más cómoda su mantenimiento, que sería menor que el de uno de combustión.
De esta forma, Kawasaki se podría desmarcar de la tendencia de otros fabricantes que están desarrollando sus propias motos eléctricas. Por ejemplo, Honda presentó recientemente su prototipo de moto eléctrica offroad. Harley-Davidson acaba de abrir las reservas para que sus futuros clientes puedan comprar la LiveWire en Europa. Otras marcas como Torrot se han decantado por scooters urbanos eléctricos.
Con esta patente Kawasaki está plasmando la idea de meter un motor eléctrico en una de sus deportivas (lo que por entonces era una Kawasaki Ninja 300 que evolucionó posteriormete en la 400). La Kawasaki Ninja 400 con un motor eléctrico... algo que nos encantaría probar si finalmente se lleva a la realidad el proyecto.