Hace dos años el mundo del motociclismo se quedaba compungido ante una noticia que no por esperada dejaba de hundirnos: fallecía Nicky Hayden. El campeón de MotoGP nos abandonaba después de ser arrollado mientras entraba en bicicleta cerca de Rimini, en Italia. Se apagaba la sonrisa de este chico de Kentucky que desprendía motociclismo por todos sus poros.
Hayden llevaba cinco días ingresado en un hospital con heridas severas en las piernas, en el tronco y, sobre todo, en la cabeza. El desenlace era esperable pero no por ello menos doloroso. La muerte de Hayden caía como una bomba entre los aficionados al motociclismo de ambos lados del charco.
Hayden estaba entrenando tras el SBK Imola
Nicky Hayden se encontraba compitiendo en su segunda temporada en el mundial de Superbike, después de haber dado por concluida su etapa en MotoGP. A lomos de la Honda ganó la segunda carrera de Malasia de 2016, aunque en 2017 las cosas no estaban saliendo del todo bien y no llevaba ningún podio.
Fue justo después de la carrera de Imola cuando Hayden salió a entrenar en bicicleta con unos amigos por una carretera secundaria de doble sentido, y allí se encontró con el fatal destino. Después de tantas carreras esquivándolo en los circuitos del mundo, tuvo que ser en una carretera secundaria por culpa de un conductor irresponsable.
Hayden es uno de los pilotos más queridos y recordados en el paddock de MotoGP. Pese a que solo ganó tres carreras en la categoría reina del mundial, eso le bastó para llevarse el Campeonato del Mundo de 2006, en una infartante última carrera en Valencia en la que Valentino Rossi se fue al suelo y Hayden acabó tercero.
El cariño por Nicky Hayden es tal que su mítico dorsal, el 69, fue retirado durante el pasado Gran Premio de las Américas, por lo que nadie más podrá utilizarlo. De hecho toda la carrera estadounidense se convirtió en una gran fiesta en recuerdo de la memoria del 'Kentucky Kid', como se le conocía en el paddock.
Pese a que su palmarés pueda resultar escaso, con solo tres victorias que le valieron el mundial, hay que tener en cuenta que Nicky Hayden se ha codeado con los más grandes de las dos últimas décadas de MotoGP. Entre los que han sido sus compañeros de equipo se encuentran nombres tan brillantes como Valentino Rossi, Max Biaggi Dani Pedrosa, Casey Stoner Andrea Dovizioso o Marc Márquez.
Ahora, dos años después de su pérdida, el mundo del motociclismo sigue añorando al americano de la eterna sonrisa que volvió a poner a los Estados Unidos en el panorama de MotoGP. Al chico de Kentucky que luchaba por volver a ser grande en Superbike. Pero sobre todo, a esa persona vibrante y pasional que amaba las motos por encima de todas las cosas.