Una posible entrada de BMW en el mundial de MotoGP vuelve a estar en el candelero. La marca alemana se está planteando entrar en la categoría reina de las motos, y seguro que en el DAFO para tomar la decisión final está pesando mucho algo: ya intentaron entrar en MotoGP hace casi dos décadas, y fue un absoluto desastre.
Fue allá 2007, cuando MotoGP cambió el reglamento de los motores, reduciendo la cilindrada de 990 cc a 800 cc. BMW llegó a desarrollar su propio prototipo bajo la tutela de Mauro Forghieri, el genio que había hecho grande a Ferrari en la Fórmula 1. Pero el resultado fue una moto asesina que espantó a los pilotos probadores.
BMW hizo un tres en línea con tres cilindros sacados de un Fórmula 1 V10... y se la pegó
La primera, y hasta ahora única, historia de BMW en MotoGP es la historia de un fracaso con mayúsculas. Desde que se estrenó la categoría de MotoGP, allá por 2002, BMW ya estuvo interesada en ingresar en el campeonato, pero midió muy mal los tiempos y terminó produciendo un engendro con el que no pudieron ni debutar.
Inicialmente, BMW se embarcó en el desarrollo de una moto de 990 cc, que era la cilindrada con la que se estrenó la categoría de MotoGP. Forghieri apostó por un chasis de doble viga de aluminio, suspensiones Öhlins y doble disco delantero de carbono con pinzas radiales monobloque de Brembo para los frenos. Pero lo radical de esta moto era el motor.
Forghieri había sido grande en la Fórmula 1, así que recurrió a ella para hacer su BMW de MotoGP. Inspirándose en la Aprilia RS3 Cube, usaron un motor de tres cilindros en línea que tenía una peculiaridad: esos tres cilindros estaban sacados de un motor Cosworth de tres litros V10 de Fórmula 1.
La Cube había sido un desastre de moto con la que Aprilia pasó terribles penurias en los inicios de MotoGP, pero Forghieri estaba convencido de que ese concepto podía funcionar, y para exprimirla fichó a Jeremy McWilliams, que venía de pelearse con esa Cube en Aprilia, para que fuese el piloto de pruebas.
El otro probador fue ni más ni menos que Luca Cadalora, un tricampeón del mundo ya retirado que se planteó como último objetivo de su carrera hacer ganadora la BMW. Pero entonces llegó el gran mazazo: MotoGP cambió su reglamento técnico de cara a la temporada 2007, reduciendo la cilindrada a 800 cc.
Aún así, este cambio no chafó los planes de BMW. En Alemania dieron el visto bueno a seguir adelante, Forghieri le metió mano a ese motor para adaptarlo a los 800 cc y fijaron 2008 como la nueva fecha de ingreso en MotoGP. Por aquellos años BMW gozaba del reconocido como mejor motor de la F1, así que volvieron a apostar por su experiencia en los coches.
Con unas cotas internas de 90 x 41,8 mm, casi idénticas a las de la Fórmula 1, hicieron un motor con una carrera muy corta para un gran diámetro de pistón. Y el resultado fue que ese motor se comportaba como el de un coche de Fórmula 1, pero era prácticamente inconducible para un piloto de motos.
"Podías matarte en cualquier momento. Tenía la potencia en los sitios equivocados", contaba McWilliams sobre el engendro de BMW. Mientras que en la Fórmula 1 la mayor parte del tiempo se va con el acelerador a fondo porque hay cuatro ruedas que aportan un gran agarre, en una moto importan más los recorridos medios.
Así que ponerle a una moto la entrega de potencia de un motor de Fórmula 1 fue algo casi criminal. "Un día en un test en Almería había 20 ingenieros descargando datos cada vez que las motos entrábamos en boxes. Hasta que les dije 'chicos, mejor salid fuera, poneos al lado de la pista y así veréis lo que falla'", cuenta McWilliams.
"El motor no tenía inercia. La moto se retorcía sola, nunca tenía una salida de curva estable y rebotaba a lo bestia. Dejaba la pista llena de goma", seguía explicando el piloto norirlandés. Las opiniones de Cadalora no fueron muy diferentes. De hecho, el italiano se bajó del proyecto antes de tiempo por el respeto que le daba esa moto.
Aún así, BMW estaba tan empeñada en MotoGP que inicialmente parecía dispuesta a arreglar el desaguisado, pero entonces llegó la crisis económica de 2008 que golpeó duramente a los alemanes. Tanto que BMW no solo abandonó su proyecto de MotoGP, sino que también se retiró de la Fórmula 1 a finales de 2009.
Eso sí, al menos el proyecto sirvió de algo, porque BMW aprovechó esta aventura para crear la base de su BMW S 1000 RR, una deportiva a la japonesa con la que ingresó en el mundial de Superbikes en 2009. Veremos si casi dos décadas después, BMW se atreve a sacarse la espina clavada con MotoGP.