Pocas veces en nuestra vida hablar de que nos hacemos viejos nos va a sacar una sonrisa o incluso una carcajada, pero con una aplicación llamada FaceApp que se está haciendo viral la cosa cambia ya que, a partir de una foto nuestra simula cómo envejeceríamos y el aspecto que tendríamos dentro de 50 años.
Como no iba a ser menos, esto sirve de carnaza para poder jugar con las caras de los famosos y ver cómo serían de mayores. En las redes sociales se están haciendo virales las imágenes de los pilotos de MotoGP envejecidos y es que el resultado es, por lo menos, gracioso y curioso.
Un algoritmo hace que el resultado sea bastante realista
La aplicación FaceApp utiliza un algoritmo informático y una red neuronal que escanea una cara y la modifica añadiendo canas, ojeras y arrugas. Con ella podemos transformar a quien queramos para saber cómo sería su aspecto cuando fuese un anciano. En Twitter, los de Repsol Honda han sido los primeros en trastear con la aplicación y han sacado a sus dos pilotos, Marc Márquez y Jorge Lorenzo, como si ya hubiese llegado el año 2060.
El resultado es espectacular, gracioso y, sobre todo, bastante realista. Incluso hay quien ya ha sacado parecidos (dudamos en calificarlos como razonables) de Marc Márquez con el cómico Alan Partridge o con el piloto británico de motociclismo Steve Parrish.
Just here waiting for the Summer Break to end... pic.twitter.com/FJsGkDc5wU
— Repsol Honda Team (@HRC_MotoGP) 16 de julio de 2019
Pero Jorge Lorenzo y Marc Márquez no son los únicos que han pasado por el filtro de esta aplicación. En la cuenta de Twitter @Motogpaddict11 han hecho la prueba con varios pilotos de MotoGP como Andrea Dovizioso, Maverick Viñales, Fabio Quartararo, Valentino Rossi, Danilo Petrucci, Álex Rins o Franco Morbidelli.
Sin duda, algo para no perderse y para echarnos alguna que otra risa en verano. No obstante, la empresa ha reconocido que guarda información privada de sus usuarios aunque asegura que no comercializará con ella, así que cuidado con las fotos que nos hacemos y compartimos porque nunca sabemos dónde pueden ir a parar.