Una de las cuestiones que más preocupa a la FIM y Dorna es la seguridad de los pilotos en el mundial de motociclismo. La puesta en escena de hasta 24 motos (como la pasada temporada) supone un peligro a veces preocupante en un deporte en el que no existe el riesgo cero y una caída puede tener consecuencias fatales en cuestión de un abrir y cerrar de ojos. Aunque con resignación es imposible admitir que dejará de suceder, la organizadora del mundial quiere reducir al máximo la estadística.
Con el fin de evitar esto, a las mejoras ya existentes como los monos con airbag o las medidas de seguridad en los circuitos como la ampliación de las escapatorias, se unirá en 2023 la llegada del sistema de aviso de accidentes para Moto3, Moto2 y MotoGP.
Objetivo: evitar el atropello a pilotos en pista
Hasta la fecha ha sido una novedad que ha pasado ciertamente desapercibida, pero desde MotoGP han trabajado por traer un sistema que irá instalado en cada moto y que identificará cuándo un piloto se ha caído y notificará instantáneamente a Dirección de Carrera. La diferencia es que se anticipará a la caída milisegundos antes de que la moto toque el suelo y de un tiempo extra al resto de pilotos para que se percaten del incidente y puedan evitarlo o esquivarlo.
La analogía directa lleva a pensar que es un sistema muy similar al airbag que utilizan los pilotos, que en el momento que detectan que está a punto de caer, se activan, tocando el suelo con él ya desplegado.
Uno de los hombres que ha estado detrás del desarrollo de este nuevo sistema es Corrado Cecchinelli, director de tecnología de MotoGP, que ha explicado a Crash cómo funciona el sistema en cuestión, basado en “hardware y software” y exprimiendo la información de la Unidad de Medición Inercial (IMU) para predecir milimétricamente antes la caída.
La diferencia radica en que ahora, quien notifica a los pilotos de la caída son los comisarios de pista, ondeando las banderas amarillas, así como en los indicadores electrónicos. A partir de la introducción del sistema, el objetivo es crear un entorno más seguro, activando una luz trasera en todas las motos que llegan a la zona del accidente, de forma que se verán obligados a reducir la velocidad.
El problema que ha venido sucediendo a lo largo de los años es que, una vez el piloto caía y quedaba tendido en la pista, corría peligro de ser arrollado (e incluso ha sucedido) por otro piloto. Con el sistema se monitoreará dónde está cada piloto en todo momento para refinar la activación de la zona de peligro, captando la atención del piloto, y barajan la posibilidad de añadir algún tipo de alarma, pitido, aviso, flash… Aunque en 2023 llegará solo en forma de luz en todas las motos.
Una puesta en escena que despierta mucho escepticismo incluso desde la propia Dorna: “Debería estar activo el próximo año. Hay mucha incertidumbre sobre si la luz trasera será lo suficientemente visible, aunque creemos que lo será, y de todos modos, es importante probarlo”.