La seguridad en el mundo de las motos siempre está en duda. Hay quienes echan la culpa a los motoristas por imprudentes, y hay quienes echan la culpa al resto de vehículos porque las motos son "invisibles". Lo cierto y la realidad es que hay un poco de todo.
Las marcas trabajan en silencio para paliar esto, y es bastante desconocido. Se llama CMC o 'Consorcio Motos Conectadas', se fundó en 2015 y fue una idea de BMW, Honda y Yamaha. Sin embargo, el resto de fabricantes se han unido después. Y tienen sistemas que ya están funcionando pero que no muchos conocen.
Las principales marcas de moto ya están preparando la moto del futuro
Los miembros fundadores fueron BMW, Honda y Yamaha. Luego se sumaron al CMC KTM, Ducati, Harley-Davidson y Suzuki. Pero también otros fabricantes de automóviles como Volkswagen y Lamborghini, institutos de investigación, asociaciones de conductores y empresas de la industria de proveedores y de la electrónica.
Ahora, en cambio, se llama Instituto para la Seguridad en Motociclistas. Hacen una labor silenciosa y desconocida para reducir el número de accidentes con motociclistas y mitigar notablemente las consecuencias de los accidentes.
Su lema es bastante representativo, en términos generales: "Juntos por una mayor seguridad para los motociclistas". Sin importar marcas ni colores. Su pequeña gran revolución viene a la hora de evitar los accidentes contra los coches, especialmente en intersecciones, adelantamientos o giros donde las motos son mucho más vulnerables.
Es un hecho que el Instituto refuta y tiene muy en cuenta, son invisibles para muchos coches. "Los vehículos de dos ruedas más estrechos y con su silueta más pequeña a menudo se pasan por alto o se consideran lentos", explican.
La solución: coches y motos conectados, como en los videojuegos. Todos los fabricantes están trabajando en vehículos conectados en red que pueden reconocerse entre sí. En los coches ya existe; solo Volkswagen lo ha equipado de serie en un millón de vehículos desde el Golf 8 y el ID.3.
La idea principal es simple: los vehículos (moto, coche, camión) interactúan entre sí. La moto envía un mensaje claro: "¡Aquí voy! ¡No te muevas!". Se comparten datos como la ubicación, la dirección del movimiento y la velocidad. Este concepto se basa en los "Sistemas Cooperativos de Transporte Inteligente" (C-ITS). El motorista, por otra parte, también recibe información.
Ya imaginan la moto del futuro: inteligente. Porque ahora, lo son poco. Básicamente podrán comunicarse con otros vehículos, detectar peligros automáticamente y advertir automáticamente al conductor. Lo llaman comunicación "V a X", de vehículo a vehículo o a infraestructura.
Pero eso lo dejan en mano del motorista a través de tres opciones. La información se puede percibir de distintas maneras: visualmente, a través del puesto de conducción, con una visera especial que muestra un head-up display o mediante la iluminación LED en los espejos; acústicamente, a través de auriculares o Bluetooth; y de forma háptica, con el manillar vibratorio que proporcionan retroalimentación táctil.