Si el otro día hablábamos de que se había filtrado algo muy interesante en Suzuki bajo el nombre de GSX-700T y que podría ser su esperada moto turboalimentada de media cilindrada, en aquel listado que recogía las novedades que llegarían próximamente a los concesionarios en una reunión con la plantilla de Grecia había algo más.
Junto a la renovación de motos como las GSXS-1000, las GSX-R600 y GSX-R750 y el despiste de si llegará o no una Hayabusa renovada (no nueva, renovada, así que olvídate de que sea turbo) ya que en el listado aparecía entre interrogaciones, se escondía algo más. Dentro de las deportivas había un nombre nuevo: Suzuki GSX-R300.
La Suzuki GSX-R300 podría ser más potente, más robusta y más ligera
Pese a que la marca japonesa ha lanzado hace menos de un año la Suzuki GSX-R250, en realidad se trata de una moto que en ningún momento ha tratado de competir contra sus homólogas del segmento. Menos potencia, parte ciclo más modesta y un peso algo elevado han jugado en su contra desde el principio, pero podría haber sido un movimiento deliberado.
De acuerdo, quizá no sea ni de lejos la más radical de las deportivas a escala, pero sí que está entre las más baratas y podría estar destinada a captar volumen de ventas. Esta oferta genera al mismo tiempo un nicho por encima que sería el que podría ocupar la hipotética GSX-R300.
Un motor más potente, quizá atreviéndose con un bicilíndrico incluso, una parte ciclo con un chasis más robusto, suspensiones de mejor calidad, frenos más potentes y menos kilos sobre la báscula podrían conformar la receta escogida por Hamamatsu. Te suena, ¿verdad? Es la misma jugada que hizo Honda con la CBR250RR que, por desgracia, de momento no ha llegado a nuestro mercado.
Si Suzuki finalmente sacase adelante esta suerte de deportiva en miniatura podría ser un buen empujón para una marca que sigue contando con el beneplácito popular y que además podría retomar la competición en el WSBK del que ahora mismo está ausente si homologase su montura para la categoría de Supersport 300.
No todo son flores en el jardín de Suzuki
Ahora bien, también hay motivos para poner en duda que todo esto sea cierto. Por un lado las denominaciones escritas en la supuesta captura filtrada no concuerdan con las denominaciones corporativas (GSXR-600 frente a GSX-R600) y, además, Suzuki lleva años mareando con el asunto de la moto turboalimentada sin llegar a nada, por lo que puede ser tan cierto como todo lo contrario.
En realidad Suzuki no está en su mejor momento de forma precisamente como para andar lanzando modelos arriesgados dotados de turboalimentación, algo que bien podría no calar entre el público que quizá vea más un problema en la aspiración forzada para conseguir potencias existentes en modelos convencionales más ligeros y, previsiblemente, baratos.
Al mismo tiempo esto constituye una argumentación suficiente como para justificar la existencia de una deportiva pequeña. ¿Por qué? Fácil: En el viejo continente las deportivas de baja cilindrada para el A2 no tienen demasiado mercado y el que tienen está condicionado en su lucha contra otros modelos más potentes limitables/deslimitables. En cambio en Asia el escenario es completamente distinto.
Lo que aquí nos parecen motos caras para lo que ofrecen, en el mercado asiático (acostumbrado a scooter refrigerados por aire de baja cilindrada y similares) suponen una masa ingente de motocicletas aspiracionales de última tecnología y prestaciones de ensueño.
Además, con que un porcentaje muy bajo de la población de países como Tailandia, Indonesia o India desee este tipo de motos ya supone un público potencial que supera exponencialmente al occidental. Es decir, que si aquí se venden unas pocas, aunque en Asia se venda la misma cuota de mercado en realidad estarían colocando miles de unidades.
De momento nos toca esperar, pero lo que está claro es que a Suzuki le toca mover ficha.