A finales de este año creo que voy a ir a tatuarme el logo de Kawasaki, porque con la de veces que he nombrado en 2014 a la marca japonesa ya son casi como de la familia. Y lo mejor es que la marca verde por excelencia no solamente fabrica motos como la Kawasaki Ninja H2 y su enorme cuadra de purasangres escondidos debajo del carenado. También son capaces de fabricar motos como las Kawasaki Ninja 250 SL y la Kawasaki Z 250 SL.
Dos motos que comparten una misma base pero cuyos resultados finales no podían ser más diferentes estéticamente hablando. Y es que desde Japón hace años que nos enseñaron que si tienes una buena base, sobre ella puedes realizar versiones diferentes con muy poca inversión en ingeniería y así puedes cubrir más huecos de mercado. Por eso esta base 250 SL llega a España con el vestido completo de la versión Ninja y con el bikini de la versión Z.
Base con aspiraciones para todos los públicos
Con un motor monocilíndrico de 249 cc Kawasaki nos ofrece 28 cv a 9.700 rpm y un par motor de 22,6 N·m a 8.200 rpm. Una culata DOHC con cuatro válvulas y una compresión de 11,3:1 completan el grupo térmico. La alimentación está encomendada a un sistema de inyección electrónica de 38 mm de diámetro que cuenta con 10 orificios de pulverización.
El pequeño motor Kawasaki cuenta con un eje de equilibrado accionado por engranajes, que asegura que no se nos caerán los empastes a alta revoluciones. Y un estilizado sistema de admisión de aire hasta el filtro asegura que en ningún momento le faltará aire que mezclar con la gasolina. La caja de cambios es de seis velocidades y el accionamiento del embrague se ha cuidado especialmente para que sea lo más suave posible.
El escape está fabricado en acero inoxidable y cuenta con lo que en Kawasaki llaman un diseño deportivo, que acaba en un silencioso hexagonal que no desentona con el resto de la moto en ninguna de sus versiones. Las diferencias entre la versión carenada y la Naked no influyen en el diseño del flujo de aire procedente del radiador, ya que ha sido exhaustivamente estudiado para que este vaya hacia abajo para alejarlo de las piernas del conductor. De esta manera también se evita que el depósito se recaliente y se gana en confort para el propio conductor.
Chasis y parte ciclo
Cuando te dicen que para buscar un conjunto estilizado y de agilidad similar al de la Kawasaki Ninja RR de dos tiempos te das cuenta que en Kawasaki tienen claro que sus motos deben marcar la referencia en todos los segmentos del mercado. Claro que ahora vendrá algún listillo a decirnos que si utilizan un chasis de tubos es porque quieren ahorrar al máximo en este tipo de motos.
Quizá ahorren, pero si te molestas en optimizar el diámetro de los tubos, utilizando tubos de acero de alta resistencia y 31,8 mm de diámetro para los tubos principales y un eje de dirección de 175 mm de largo parece que no andan muy a lo fácil. El soporte del basculante está encomendado a unas chapas de acero y el chasis inferior ha sido suprimido para ahorrar también algo de peso.
Las suspensiones son bastante convencionales, lo que no quiere decir que sean malas. Delante encontramos una horquilla con barras de 37 mm y 110 mm de recorrido. Detrás el basculante utiliza un sistema Uni-Track con un amortiguador anclado mediante bieletas que permiten un recorrido de 60 mm. A este amortiguador trasero se le puede regular la precarga del muelle en cinco posiciones.
Los frenos de estas Kawasaki Ninja 250SL y Kawasaki Z 250 SL utilizan un disco lobulado de 290 mm de diámetro delante y otro de 220 mm de diámetro detrás. Ambos con pinza de doble pistón. Y para que nada nos sorprenda se puede instalar como accesorio un módulo ABS desarrollado por Nissin que permite la activación independiente de los frenos delanteros y traseros. Lo que comúnmente se llama doble canal.
Los neumáticos, que también son comunes en ambas motos vienen en medidas 100/80-17MC 52S delante y 130/70-17MC 62S detrás. Y van calzados sobre una llantas con radios dobles pintadas de negro.
Carrocería, la gran diferencia
Por un lado tenemos a la Kawasaki Ninja 250 SL, que quiere marcar su territorio como superdeportiva y para ello se asemeja mucho en sus formas a las otras Kawasaki Ninja que conocemos. Mantiene una posición de conducción inclinada y utiliza un manillar de tipo clip-on. El asiento se sitúa a 780 mm de altura del suelo y la forma de su depósito permite que el piloto se encaje en él, abrazándolo con las rodillas e incluso se puede usar de apoyo para descansar los brazos.
En el frontal encontramos un faro con una única bombilla en un faro multi-reflector. Los retrovisores cuentan con unos prácticos topes que permiten plegarlos y des-plegarlos hasta la misma posición sin dificultades. El diseño del colín y del piloto trasero nos recuerdan indudablemente que esta quiere ser una moto deportiva. Aunque tu pareja probablemente no piense lo mismo el día que tenga que encaramarse ahí.
En el lado de la Kawasaki Z 250 SL encontramos menos plásticos, empezando por el frontal, aunque el faro indudablemente recuerda mucho al de su hermana Ninja. Aquí los retrovisores juegan un importante papel en la silueta de la moto, y van anclados de manera diferente y al manillar.
El depósito también es bastante anguloso, y cuenta con un esculpido muy parecido al de la Ninja para permitir que lo abraces con las rodillas. El asiento de la versión Naked está situado cinco milímetros más alto que en la versión carenada, con lo que imagino que la postura de conducción será un poco más echada hacia delante. Pero parece mentira lo que son capaces de hacer con tan pocos cambios y tan poco plástico para "vestir" a una moto.
La diferencia entre la Ninja y la Z es de tan sólo tres quilos (151/148), mientras que la versión con ABS difiere en sólo dos (152/150).
Por último hay que mencionar que ambas utilizan el mismo tablero de instrumentos de tipo digital. este incluye una barra que hace las veces de tacómetro, un velocímetro digital con grandes números y los cuenta kilómetros, reloj y nivel de gasolina necesarios para saber dónde vamos y cuanto hemos consumido. A la izquierda y derecha de este tablero encontraremos también los conocidos testigos luminosos de intermitentes, largas-cortas, carga de la batería, aceite y fallo de motor.
Precios y colores
Los colores disponibles son el verde Lima (que no podía faltar en ambas) y un blanco perlado para la Kawasaki Ninja 250 SL y un Ebony para la Kawasaki Z 250 SL que casi podríamos decir que es negro.
El precio es de 4.399 euros para la Kawasaki Ninja 250 SL (4.799 si optas por la versión con ABS) mientras que en la propia web de Kawasaki todavía no han publicado el precio de la Karasaki Z 250 SL. quizá estén esperando a ver que aceptación tiene en el mercado.
Más información | Kawasaki Ninja 250 SL y Kawasaki Z 250 SL