Es real que Yamaha tiene en el horno una nueva R9. Ya lo sabemos por las numerosas filtraciones procedentes de Japón. Lo que pasa es que no todos están dispuestos a esperar a que la marca de los diapasones anuncie y saque oficialmente el modelo, como es el caso de Seb.
Sebastian Hipperson, un preparador holandés que vive en Londres, no es un hombre cuyo principal dote sea la paciencia... Así que desde 2019 lleva metido en el garaje dando a luz a su propia Yamaha R9. Hecha a mano, pieza por pieza, y es una delicia para circuito.
Esta Yamaha R9 tiene piezas de varias Yamaha, de la Ducati Panigale, de la Aprilia RSV...
Los de Iwata deben tener casi preparada la Yamaha R9. Primero apareció el nombre, luego el luego, este mes de julio hubo muchas pistas en el Goodwood Festival... Pero a Seb ya le da igual eso. Este aficionado holandés se ha adelantado a los japoneses creando su propia R9.
El hombre es aficionado a las motos de Gran Premio de Yamaha de dos tiempos de los años '90. El proyecto surgió en 2019, y ahora ha visto por fin la luz, varios años después.
Para la base de esta particular joya el hombre utilizó el bastidor de una Yamaha TRX850, y lo modificó a su gusto para hacer la base de la moto. Y es que claro, necesitaba algo de corte deportivo para crear su propia R9.
Podríamos decir que es una moto Frankenstein, y no estrictamente de origen japonés. Para el basculante tuvo que utilizar uno rescatado de una Ducati 749, así como un amortiguador hecho a mano. También adoptó las suspensiones de Ducati; horquilla telescópica invertida de una Panigale y otros componentes de una Aprilia RSV.
Con la moto ya en pie esculpió el carenado modelado a mano. Con el mérito que conlleva, empleó espuma de plástico reforzado con fibra de vidrio, combinado con un depósito de aluminio a la vista, así como una caja del filtro de aire que deja una pequeña abertura para que respire en el frontal.
Es fanático del cross-plane de Yamaha, un propulsor que ya conocimos bien de la MT-09, la XSR 900 y la Tracer 9. Fascinado por la arquitectura japonesa, consiguió una MT-09 con algunos kilómetros en el contador y la desarmó al completo; lo que más le interesaba era el CP3.
Los 115 CV de serie de la MT-09 le parecían poco para la deportiva, así que empleó una ECU reprogramada para aumentar hasta una cifra que no ha revelado. Todo para un peso de menos de 200 kg.