Cuando los californianos de Roland Sands comunicaron al público cual sería su próximo proyecto fueron, o fuimos, muchos los que pensamos que se les había ido totalmente la cabeza. Desde el principio la RSD Desmo Tracker no tenía ni pies ni cabeza, pero lo cierto es que es precisamente esa locura inquieta la que lleva a algunos genios a crear sus mejores obras. Sus planes pasaban por convertir la joya de la corona del motociclismo moderno y convertirla en una bulgar “vulgar” moto de Dirttrack. Esa joya evidentemente no podía ser otra que una Ducati Desmosedici, exclusiva y espectacular a partes iguales. Estaban delante de uno de las ideas más complicadas de llevar a cabo, ¿cómo modificar algo que es tan bello y perfecto?
Mezclar MotoGP con el barro carecía de razonamiento alguno, así como eliminar el estudiado y sensacional diseño italiano para darle una nueva línea radicalmente distinta. No pintaba bien aunque cierto es que en eso consisten las preparaciones, ¿verdad? En mejorar, cambiar o dar un nuevo uso a algo construido previamente. Si los de Orange County lo han conseguido o no lo dejaré a vuestro juicio pero por mis palabras podréis intuir mi insignificante opinión.
RSD Desmo Tracker, la construcción de la bestia
Fue en marzo de este año cuando vimos por primera vez la Desmosedici en la central de RSD en Los Alamitos. Llegó vestida con ese esbelto vestido rojo, reluciente, cuidada y mimada como ninguna otra. No es para menos, pues, “el donante”, Justyn Amstutz, tiene otros dos modelos más en casa. En cierto modo es comprensible pensar que teniendo tres motos iguales quieras convertir a una de ella en algo un poco más especial, algo que se salga todavía más de lo normal, que se mire por donde se mire no deje a nadie indiferente. Nada más llegar a la que sería su nueva casa se comenzó a trabajar en el primer paso, y seguramente el más doloroso; desposeerla de su carenado y demás piezas que no tendrían cabida en el proyecto.
Por supuesto, Justyn estuvo presente en esta tarea, participando y vigilando que todos trataran con cariño a la moto de sus ojos. Poco después ya habían acabado con el subchasis y comenzaban a dar forma al depósito. Decidieron seguir muchas de las líneas marcadas por la Desmo en su carenado para no alejarse demasiado y tener la certeza de que hagan lo que hagan, quedaría bien. Con el depósito más bajo y alojando la bomba entre la cabeza del cilindro y la salida de los escapes consiguieron mantener libre la zona del subchasis. Antes de acabar con ese tanque de gasolina se pusieron manos a la obra con el diseño del colín y el asiento asegurándose de que encajarían a la perfección. El asiento además tendría que ser lo suficientemente grande y hacer lo más cómodo posible las cruzadas a más de 160km/h.
El cuerpo, ancho por el asiento, fino y estilizado en el colín y respetando la línea original en el deposito se fabricó en aluminio, descartando la fibra. Llegados a este punto la Desmo Tracker ya tenía una imagen que dar al público, una figura que ya entonces daba miedo imaginar en acción.
Otro de los grandes asuntos a tratar y que no debería escapar a nuestra atención es el basculante mono-brazo totalmente nuevo que diseñaron y desarrollaron en California. No es nada sencillo llevar a la realidad una pieza que debe soportar la fuerza y la inercia de un motor de MotoGP por lo que su construcción no se basó simplemente en una idea sino que se tuvo que recoger un buen puñado de información en la que basar sus primeros bocetos, geometría, posición del amortiguador, cadena etc… Pero eso sí, una vez terminado se convierte en una parte espectacular y digna de observar detenidamente.
Antes de acabar quisieron humanizar un motor bestial que pasa con facilidad de los 200cv y que llega a las 18.000 vueltas. Eso si es posible porque como veremos resulta realmente complicado no ir de lado constantemente o conducir con normalidad una moto que reta a quien se suba a buscar el límite.
RSD Desmo Tracker, el producto final
El resultado final ya lo habéis visto en la cabecera de este post pero resulta mucho más interesante verla en acción. Sobre la tierra la Desmo Tracker se comporta como lo que es, una moto de Dirttrack, pero también lleva el concepto a un nuevo nivel de exigencia y diversión. Tanto es así que Mark Gernicky, piloto y probador de la revista CycleNews que podéis ver en el vídeo, acabó por los sueños de la pista. Ya en asfalto tuvo que calmarse un poco más aunque la entrega y respuesta de una moto de este tipo no deja opción al aburrimiento. El último proyecto de Roland Sands había llegado a su fin y ya estaba lista para devorar las calles y pistas de San Diego, donde vivirá junto a su dueño.
Como decía, a vuestro juicio dejo valorar el trabajo de esta gente. Independientemente del resultado final, el trabajo realizado teniendo en cuenta la base utilizada es digno de admiración habiendo convertido toda una MotoGP en una máquina nacida para correr de lado sobre tierra. No puedo negar que me encantaría tener una pero sospecho que el coste del mantenimiento de algo así está aun lejos de mi poder adquisitivo e incluso de mi imaginación.
Vía | Roland Sands