Puede que para muchos sea toda una sorpresa, pero la moto más vendida de la historia de Honda es la Super Cub. La pequeña moto nipona cumple la friolera de 60 años y hace poco, la marca del ala dorada celebraba los 100 millones de unidades vendidas.
A la lista de versiones de la Super Cub hay que añadir ahora esta espectacular custom hecha por K-Speed, una preparación sin lugar a dudas sorprendente y espectacular que es capaz de llamar la atención por su originalidad.
Una “scooter” custom, el híbrido made-in Tailandia
Desde Honda Tailandia decidieron hacer este encargo especial a los preparadores de K-Speed, una empresa local que ya ha hecho muchas preparaciones espectaculares con anterioridad. Pero este encargo no era del todo normal, ya que la filial tailandesa de la marca japonesa quería que la moto estuviese lista en menos de un mes, coincidiendo así con el lanzamiento de la versión 2018 en el país.
El resultado no podía ser más atractivo, dando un elaborado aire custom a la ya tan popular scooter. Con este trabajo, los chicos de K-Speed decidieron combinar lo moderno con lo retro y lo consiguieron de manera muy satisfactoria, añadiendo algunos componentes a la moto pero manteniendo su principal seña de identidad, la línea de su carenado.
De hecho, esa es de las pocas cosas junto con el motor y el chasis que no se han cambiado para realizar esta Super Power Cub, como la denominan en K-Speed. A simple vista llama la atención el estilo vintage que dan el manillar curvado, las ruedas con neumáticos de 17 pulgadas de perfil muy alto y el asiento de piel.
En el apartado lumínico, la Super Power Cub equipa sistemas de LED tanto para el faro frontal, que también ha sido sustituido y colocado en una posición más baja, como para los intermitentes minimalistas y las luces traseras, que han sido situadas en la parte final del basculante, junto a la zona de anclaje del amortiguador.
Si nos detenemos en la carrocería de esta pequeña custom, el panel frontal mantiene la forma original pero poco más se puede observar de los originales de la Super Cub. Los guardabarros han sido eliminados y la zona trasera ha sido recortada dejando un pequeño espacio cubierto. También se han añadido unos embellecedores de la horquilla que hacen que la moto de la impresión de ser una bestia mucho más fiera. La combinación de los colores blanco y negro mate hacen el resto.
En la zona trasera, el basculante ha sido modificado y los amortiguadores que se han incorporado a la pequeña moto japonesa fabricada en la planta de Tailandia permiten ser regulados. Para hacerlo, las herramientas necesarias se pueden encontrar en una pequeña bolsa de herramientas que va sujeta en el propio basculante, justo en el lado opuesto al también sustituido escape que le da a la Super Cub un sonido muy llamativo.