Poco a poco, el Proyecto Yard Built que creó Yamaha hace un tiempo va tomando cada vez más cuerpo, con preparaciones nuevas que van dejando con la boca abierta a más de uno y que año tras año se van superando y abarcando distintos modelos de la marca japonesa.
Esta vez ha llegado el turno de Greg Hageman, que ha puesto sobre la mesa dos preparaciones con una XS650 y una XSR700 como base siguiendo una línea muy elegante cuyo resultado es espectacular pero discreto y refinado.
Preparaciones que unen lo clásico con lo moderno
La primera moto preparada por Hageman es una XS650, una moto lanzada al mercado en 1972. La XS-650 es la pura esencia de lo clásico, ya que fue de los primeros modelos de Yamaha que equipó un motor de cuatro tiempos. A lo largo de 13 años de producción la XS650 fue creciendo y fue mejorándose, volviendo a principios de los 2000 a la carga gracias a este nuevo “lavado de cara” que en Hageman Cycles le dieron.
Trabajando sobre la base original, Greg Hageman le quitó muchos años de encima a su XS650. Comenzando por unos nuevos carburadores Mikuni VM más eficientes y pasando por unas ópticas LED, esta moto mantiene su espíritu original viéndose mejorada. Su nombre le viene que ni pintado, Fast Father.
Pero no todo es simple estética, ya que el tren delantero también recibió mejoras heredadas de las primeras R6, así como el basculante y los amortiguadores, que fueron mejorados en busca de un mayor manejo. Los toques del asiento y la combinación de colores hacen el resto en esta joya remodelada.
De lo antiguo pasamos a lo moderno con la otra moto versionada ahora por Greg Hageman, la XSR700. Esta moto, la Faster Son, ha sido desarrollada con la ayuda nada despreciable de Shun Miyazawa, manager de producción de Yamaha. Si la Fast Father jugaba a mantener el toque old-school, la Faster Son ha mantenido toda su agresividad moderna pero buscando a la vez ese aire nostálgico. En cualquier caso, viendo el resultado, no podían haberse combinado mejor esos dos conceptos.
Los cambios que ha sufrido la XSR700 en esta preparación están encabezados por el faro delantero y la recolocación de la instrumentación. Además se le ha añadido un escape firmado por Akrapovic y un asiento plano al más puro estilo cafe racer. ¿La guinda del pastel? La decoración en tonos rojos y color crema.
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