
En medio del caos circulatorio de Río de Janeiro, ha surgido una iniciativa experimental que podría marcar un antes y un después en la movilidad urbana (al menos para los brasileños): carriles exclusivos para motos, pintados de azul y ubicados entre los carriles izquierdo y central de la avenida 23 de Maio, una de las arterias principales de la ciudad.
Conocidos popularmente como "corredorzinhos", estos carriles no son otra cosa que un intento de legalizar una práctica habitual y casi instintiva en muchas ciudades: el filtrado de motos entre coches.
Los corredorzinhos son unos carriles que dividen la circulación entre coches y motos
Los carriles de moto exclusivos no son cosa nueva. Sí lo son en la manera en que los ha introducido Brasil. A diferencia del filtrado improvisado que tantas discusiones genera en redes sociales y partes de accidente, este sistema ofrece por fin un marco legal claro a los motoristas, que pueden circular por ese hueco con respaldo normativo. Si un coche les invade el carril, el responsable está más claro que nunca.
Pero la iniciativa también tiene su lado polémico. Aunque ofrece ventajas claras para los motoristas (como reducir el tiempo de trayecto, evitar retrovisores destrozados y acortar la exposición al calor de los tubos de escape de coches y buses) también implica un nuevo reto para los conductores de vehículos de cuatro ruedas, que ven estrechados sus carriles y obligados a extremar la atención al cambiar de vía. Especialmente los que van por la izquierda.
Por ahora, no hay cifras oficiales que respalden un aumento o disminución de la siniestralidad. Y eso importa, porque Brasil vive un momento delicado: en 2024, los accidentes con motos en Río crecieron un 145 % respecto al año anterior, tal y como recoge Bikeit.
Las autoridades locales llegaron a plantearse medidas drásticas como limitar a 60 km/h la velocidad máxima de las motos o forzarlas a circular siempre por el carril derecho. Ninguna de estas propuestas sobrevivió al rechazo frontal de las asociaciones de motoristas. Pero lo de los carriles sí.
Lo que sí sigue creciendo es el número de motos en circulación. En lo que va de 2025, el mercado brasileño ha aumentado un 10,9% respecto al mismo periodo del año anterior, y va camino de superar su récord histórico de 1,8 millones de matriculaciones en un año. Todo apunta a que, sin mejoras estructurales en infraestructuras, educación vial y control policial, el número de accidentes seguirá la misma curva ascendente.
¿Son los carriles azules parte de la solución o simplemente una forma de maquillar una realidad más profunda? De momento, los corredorzinhos de Río son solo un experimento. Pero es un experimento que también agradeceríamos en cualquier ciudad de España.
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