Recambio original o auxiliar: que es mejor para el mantenimiento de la moto más allá del precio
Nos guste o no, a lo largo de su vida útil una moto necesita que se lleve a cabo en ella un trabajo de mantenimiento y que se haga de forma correcta, sin cometer errores. Seguramente, a lo largo de sus años de servicio, también nos toque en alguna ocasión reparar alguna avería, ya sea de mayor o menor gravedad.
A la hora de afrontar estas operaciones de sustitución de piezas e incluso a la hora de equipar nuestras motos con algunos componentes nuevos, tenemos la opción de recurrir al recambio original o de pensar en recambio de la industria auxiliar. La elección puede no ser fácil en muchas ocasiones, ya que no sólo hay que fijarse en el precio.
¿Qué debemos saber a la hora de elegir recambios para nuestra moto?
A diferencia del mercado de aftermarket de coches, en el sector de la moto la oferta de piezas de recambio no originales es sensiblemente inferior, pero aun así hay muchas opciones a la hora de mantener nuestra montura en las mejores condiciones.
Por un lado, siempre podemos recurrir al recambio original ofrecido por la marca fabricante de la moto. Los fabricantes están obligados a suministrar a lo largo de un periodo de tiempo tras la salida del modelo al mercado todos y cada uno de los componentes que la forman.
De esta manera, desde el menor de los tornillos hasta el amortiguador pasando por el cárter del motor o el faro delantero, pueden ser adquiridos por el cliente. Comprar el recambio original nos garantizará que la pieza que montemos nueva será exactamente igual a la que quitamos, tanto en calidad como en medidas, siempre y cuando no se haya hecho alguna actualización de la referencia desde la marca.
Eso sí, aunque esta opción es la que nos garantizará a ciencia cierta que nuestra moto seguirá estando en las mismas condiciones, no suele ser la más barata. Normalmente el precio de este tipo de recambio es más elevado que el del mercado auxiliar, teniendo también descuentos menores para los talleres. Este descuento menor que puede verse reducido hasta el 5% en lugar del 35%-40%, sumado al PVP que en algunos casos es más elevado, nos obligará a rascarnos el bolsillo en mayor o menor medida.
A pesar de que hay algunos componentes que sólo podremos encontrar si son los originales, existe también una amplia oferta de piezas fabricadas por marcas especializadas en ello que no están vinculadas al fabricante de la moto. En nuestro sector, la oferta de piezas de aftermarket está más limitada a los consumibles o a piezas destinadas a mejorar el rendimiento o la estética.
Dentro del recambio homologado y comercializado en Europa, los estándares de calidad de fabricación en las piezas están asegurados y nos aportan la tranquilidad suficiente como para montarlos en la moto sin que nuestra seguridad se vea afectada. Puede que haya variaciones en otros parámetros, pero la seguridad debería estar garantizada.
En ese sentido, el recambio original y el auxiliar son muy parecidos, pero en otros factores sí que son diferentes. Es común que los mismos fabricantes que elaboran las piezas originales de las motos que van a parar a la marca, hagan tiradas de producción de esas mismas piezas pero con otras grabaciones y otros envoltorios que van a parar a las tiendas de recambios. Sin embargo, esto no sucede siempre y en algunas ocasiones esos productos cumplen la misma función pero no son los mismos.
De esta manera, por ejemplo podemos encontrar embragues de distintas marcas para equiparlos en nuestra moto además del que viene de serie, filtros de aceite o de aire, discos y pastillas de freno, juntas del motor o cárteres y una infinidad de elementos más. Pero que no sean originales no indica ni mucho menos que sean de peor calidad o que vayan a cumplir peor su cometido, ya que en muchas ocasiones es incluso al revés.
Al igual que el recambio original, el de aftermarket está sujeto a la garantía que nos da el fabricante sobre su producto. Esta garantía es normalmente de un año y se responsabiliza de los daños que pueda sufrir dicha pieza o daños que pueda producir a la moto siempre y cuando haya sido utilizada en condiciones normales y de manera responsable, sin ningún tipo de negligencia.
En realidad, estos dos tipos de recambio son perfectamente válidos y por norma general, que sean de un tipo u otro no implica que sean uno mejor que el otro. Ni todo el recambio original es mejor ni el hecho de ser de la industria auxiliar lo convierte en una peor opción simplemente por ello.
¿Es fiable el recambio low cost?
Las complicaciones llegan cuando aparece otro tipo de recambio que cada día es más accesible y que está ganando cada vez más presencia, el recambio asiático low cost. En un mundo tan globalizado y con tan fácil acceso a mercados de otros puntos del mundo, el recambio asiático ha ganado presencia en Europa y lo ha hecho gracias a su gran atractivo, la economía.
Pero la realidad es mucho más compleja que una generalización. A la hora de fabricar una pieza da igual donde se haga, lo que importa son los controles de calidad que pasan tanto el material como el proceso y el producto ya finalizado. Que algo sea fabricado en Asia no implica que sea malo siempre y cuando los estándares de calidad sean exigentes y el proceso de fabricación sea el adecuado.
Siempre y cuando haya sido fabricada en esas condiciones, no debería haber inconveniente. El problema es que en una gran proporción, estas piezas no están hechas con estos estándares y además, se añade la dificultad para encontrar garantías que nos permitan saber exactamente las homologaciones que han pasado y los filtros antes de llegar a la venta.
No es difícil encontrar todo tipo de piezas, desde reguladores de voltaje hasta discos de freno pasando por todo tipo de tornillería, cúpulas, manillares, manetas... y todos ellos con un coste muy inferior al que pueden tener productos de ese tipo en Europa. Obviamente esa diferencia económica sale de algún lado, pero en algunas ocasiones es complicado saber exactamente que se está comprando.
Como en todo, lo importante es saber lo que se necesita y sobre todo, lo que se le exige a lo que compramos. Es vital ser consciente de qué estamos montando en nuestra moto y cómo puede afectar su rendimiento tanto a nuestra seguridad como a la normalidad y salud de nuestra compañera de fatigas.
Hacer un balance de ventajas e inconvenientes es lo mejor, poniendo en juego tanto el factor económico como el de la fiabilidad y duración. Sólo haciendo eso podremos decidir de la mejor manera posible a la hora de utilizar piezas de un tipo u otro en nuestra moto. Con eso y con sentido común, mucho sentido común.