El invento japonés del año es este plástico de 20 euros para que no te dejes la espalda engrasando la moto

Todo el mundo que tiene moto sabe lo engorroso que es engrasar la cadena. Limpiar no tanto, pero poner grasa a la cadena de la moto puede convertirse hasta en un problema de seguridad si la grasa acaba cayendo por la llanta y neumático, con lo que resbala.

Hay un invento japonés tan sencillo como útil que está volviendo locos a los motoristas japoneses. Es una pequeña pieza que acaba con todos los problemas al engrasar la cadena de un plumazo.

20 euros tienen la culpa de no engrasar bien la cadena de la moto

"Libérate de la frustración al lubricar tu cadena", anuncian los japoneses. Y qué razón. Una marca ha sacado un curioso invento que consiste en un accesorio que se acopla a cualquier bote típico de grasa para evitar desperdiciarla o que salga volando por ahí.

Este simple aparatito se acopla al tapón, y redirige el pitón por un pequeño agujero que hace que caiga todo el líquido encima de la cadena, ni un poco más, ni un poco menos. Además, han ideado distintos tamaños de cadena, para que se acople correctamente.

Quien engrase la cadena 'a pelo', como se dice vulgarmente, sabrá de las desventajas de hacerlo. Aunque parece algo tremendaemtne sencillo, hay que tener truco para hacerlo bien. Y aún con esas, nada garantiza el éxito.

Es sorprendentemente problemático cómo echar un poco de grasa te puede complicar la tarde, o incluso provocar una caída si el pitón se te escapa y acabas manchando la rueda de grasa. Acabáramos. O directamente cuando salpica sin querer.

Utilizarlo es muy simple: se conecta la boquilla y la pajita al bote y se acopla a la cadena, que, dependiendo del tamaño, no se debería de mover. Deja correr la cadena y que surja la magia... Se supone que con el tiempo no se desgasta debido a que tiene unos raíles protectores.

Punto extra: no te dejes la espalda engrasando la cadena de la moto. Al ser material plástico se puede deformar a gusto, por lo que también puedes engrasar la cadena medio de pie.

El invento con el que flipan en Japón cuesta cerca de 3.300 yenes, que son algo así como 20 euros. Puedes echar un vistazo aquí.

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