Dos razones son las que me hicieron detenerme a mitad de la prueba de la Honda VFR800F (porque lo de la afonía me daba igual, al piloto del avión no hay que decirle a dónde te tiene que llevar). La primera de ellas que me estaba achicharrando las manos con los guantes de invierno que había cogido para probar si en situaciones de calor eran o no incómodos. Y la segunda, que el guía se había parado a tomar un café y como no sabía seguir hacia el hotel, era eso o coger A31 y A6 hasta Asturias y dejarles la moto allí. Luego si eso ya me mandarían a mi la maleta por mensajería.
Porque son de esos momentos en los que uno está disfrutando con la moto que conduce. Y aunque a la Honda VFR800F no te acostumbras tan rápido como a la CB650F (que parece la moto que tienes en casa), la nueva VFR se convierte en la moto a la que te gustaría que se pareciese la que tienes en casa. Y creo que con esto ya prácticamente lo he dicho todo.
Honda VFR800F, carretera y manta
Aunque no hicimos una larga tirada por autopista con la Honda VFR800F, si tuvimos un tramo bastante completo de carretera nacional. Al final, la velocidad es un poco inferior pero mantenida, por lo que las conclusiones que pudimos extraer son perfectamente válidas.
En ella fue ese momento en el que me dije: Morri, lo bien que te vendrían ahora esas alzas opciones para el manillar. Quizás para mi gusto la postura sea demasiado deportiva si eres alto y realizas largas tiradas por carretera. Pero también he de decir, que ahora mismo no estoy acostumbrado a meterme largos trayectos (los 2.500 km con la BMW F800GS Adventure no cuentan como entrenamiento) y al final al cuerpo también le pasa factura antes de lo que debería.
Si nos ha gustado a pesar de que no lo parece, la protección aerodinámica. Es más que suficiente sin tener que ir agazapado cual depredador en busca de su presa siempre que circules a velocidades legales o un poco por encima (ya sabéis, la fórmula de Vreal-ErrorVelocímetro-MargenRádar-AVerSiHaySuerte). No hay aire que incida en ningún lugar molesto del casco ni de los hombros y algo muy importante, las piernas están cubiertas y no tienden a abrirse con el aire, algo muy cansado e incómodo.
Como equipamiento opcional, la Honda VFR800F cuenta con top case y maletas laterales a juego. Para el top case es necesario instalarle la parrilla pero para las maletas laterales, los anclajes ya vienen integrados en el propio subchasis. ¡Colocar y listo! También están disponibles las bolsas internas por lo que no hay demasiadas disculpas que te obliguen a quedarte en casa.
Y aunque no las tengas, puedes largarte un fin de semana. Porque una de las apuestas de esta generación de la VFR es haber hecho un hueco bajo el asiento (o mejor dicho bajo la tapa del colín que es de serie) suficientemente grande para un par de mudas y un pequeño neceser de aseo personal que te permita estar dos días fuera de casa sin tener que cargar con una mochila. Y no, no se necesita nada más porque, ¿qué somos moteros o pitas?
Por supuesto, de la estabilidad de la Honda VFR800F no hay nada que contar. Si tras intentar hacerle perrerías en carretera, nos miró como diciendo: pero, ¿qué pretendes? para luego reírse a nuestra cara; en autopista directamente ya ni lo intentamos.
Honda VFR800F, deportividad a dúo
A falta de una prueba de a dos como se suele decir, vamos a contaros los detalles de la Honda VFR800F que pudimos observar para si somos de los que nos gusta usar la moto a dúo. Lo primero y como os dijimos antes, es que la moto se sirve con una bonita tapa de colín que estiliza aun más su figura.
En caso de querer llevar a otra persona, deberemos intercambiarla por el asiento, además de instalarle las asas laterales. Fijaros bien porque siguen teniendo la mítica forma de todas las VFR, con un punto de anclaje delante y luego acabando en el aire. Punto para ellos pro seguir manteniendo este detalle.
No cuenta con gomas en los estribos pero tampoco es algo que vaya a necesitar. La estribera derecha comparte el espacio con el anclaje del escape lateral mientras que la izquierda vuela libre.
Habiendo puesto las reales posaderas en el asiento del pasajero durante unos instantes, el hueco disponible es amplio y cómodo, con las piernas en una flexión muy cómoda y preparada para hacer largos viajes sin demasiados problemas.
El mullido es correcto, así como el del piloto que hasta ahora no lo habíamos comentado pero no me resultó en ningún momento insuficiente y sí con el suficiente tamaño como para que descansasen.... que narices, para que descansase todo el culo.
Poco más que contar a falta de la valoración de mañana y el vídeo, pero para eso todavía tendréis que esperar un poco. Si me perdonáis, yo creo que voy a poner de nuevo la grabación del aullido del VTEC que tengo en el móvil. Nos vemos por encima de las 7.000 vueltas.
Continuará...
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