La Ducati Hypermotard SP nos pone la piel de gallina en el circuito de Castellolí

Nos bajamos de la Ducati Hypermotard y nos enfrentamos a uno de mis fetiches particulares de los últimos años: la Ducati Hypermotard SP. Es la prima de los zumos de la versión de calle. Nada más verla ya sabes que es especial, de hecho es la única de toda la familia que tiene una decoración tricolor en su carrocería (rojo, blanco y negro).

Además, para mayor gozo, nuestro encuentro va a tener lugar en el entorno predilecto de esta SP. Ducati nos ha traído hasta el Parcmotor Castellolí, un circuito bastante rápido donde la marca italiana promete que la estabilidad de esta versión tan especial quedará más que demostrada

Ducati Hypermotard SP. Pata negra

La Ducati Hypermotard SP impone mucho respeto. Nada más entrar al box nos encontramos una batería de estas peculiares bicilíndricas todas alzadas sobre caballetes y calzadas con calentadores metiendo temperatura a los Pirelli Diablo Supercorsa SP que traen de serie. Cuesta trabajo no emocionarse sabiendo que una de esas va a ser mía durante dos tandas.

Sabíamos que el motor estaba mejorado, ya lo probamos en carretera abierta, así que meternos en pista con este bicharraco prometía emociones fuertes. Y digo bien, bicharraco, porque con sólo ver a la Hypermotard normal y a la SP juntas te das cuenta de que no son lo mismo.

Estéticamente son fáciles de diferenciar gracias al poderoso color dorado que tiñe las suspensiones. Canta a la legua que Öhlins ha metido mano a esta funbike y la decoración en tres tonos inspirada en las MotoGP de la marca italiana es específica.

Pero aún hay más. Otras piezas también se han modificado para conseguir un mejor comportamiento dinámico. Las llantas son ahora unas ligeras Marchesini forjadas como las que montan las Panigale, con un ribete rojo y calzadas con neumáticos Pirelli Supercorsa SP.

También las culatas son de magnesio, el asiento tiene un diseño deportivo específico y algunas piezas de la carrocería están fabricadas en fibra de carbono (guardabarros o tapas de correas). Y como guinda del pastel, la bomba de freno delantera es radial en vez de axial.

Las unidades que Ducati dispuso para esta presentación tenían alguna que otra pieza extra como el llamativo escape 2 en 1 Termignoni de titanio/carbono (no homologado, +4% potencia y +3% de par) que suena fantásticamente bien, las estriberas de aluminio, el pequeño derivabrisas en fibra de carbono y el portamatrículas. El asiento plano también era opcional.

Nada más poner el culo con muchas ganas encima de esta supermotard a la italiana notamos algo muy distinto en ella: es extremadamente alta. El recorrido de las suspensiones crece 15 milímetros delante y 25 detrás dejando la altura del asiento a 890 milímetros. Para colmo, y mayor desgracia de mis cortas piernas, el asiento plano queda más alto aún que el rebajado de serie. Como resultado me costaba horrores hasta quitar el caballete lateral. Simplemente, no llegaba.

Pero ¿qué más da? Hemos venido a probar la nueva Ducati Hypermotard 939 SP en circuito, no a hacernos selfies en una terracita. Engranamos primera, el excitante sonido que escupe el Termignoni acelerando en vacío me pone los pelos de punta, pista abierta soltamos el embrague y ¡fiesta!

Con una pista cerrada al tráfico y pudiendo acelerar sin miedo a lo que nos podamos encontrar la rueda delantera cobra vida propia en marchas cortas y hay que tener un poco de tacto si quieres que tus manos sigan recibiendo información del tren delantero.

Ducati Hypermotard SP: finura y locura

El motor anda bastante para el tipo de moto que es, especialmente si no le llevas cerca del corte y aprovechas su buen hacer en bajos y medios. No tendrás problemas al salir de las curvas, eso tenlo claro. Lejos quedan los dos centenares de caballos de las Panigale, pero con 200 kilos en lleno y la peculiar posición de todo o nada hay más que de sobra para hacer estragos en tandas de circuito.

Con la obsesión por la potencia máxima muy lejos nos encontramos con un concepto de moto particular. Con la Hypermotard SP descubrimos cómo eso de frenar menos, muy tarde y lanzarte al interior de la curva acariciando la maneta derecha es realmente satisfactorio.

La alegría de verdad con esta SP la recibimos en las curvas. Sólo dispusimos de dos tandas para disfrutarla y con lo alta que es me costaba mucho encontrar el apoyo de la rodilla, hasta que te olvidas de todo, empiezas a notar cómo trabajan las suspensiones Öhlins, interpretas la extrema confianza que te ofrecen y te tiras al suelo sin contemplaciones.

No hay movimientos, todo es firme y la Hypermotard SP se comporta como una auténtica tabla sobre el asfalto. Puedes descolgarte sin miedo, entrando colado en las curvas y forzar a tumbar el conjunto. No habrá ningún tipo de protesta por su parte, ni se retuerce, ni flanea. Es como un yunque.

A la salida de las curvas, más de lo mismo. A abrir gas con rotundidad no hay transferencias de pesos, la moto no se hunde de atrás ni se descoloca. Te permite abrir muy pronto con la seguridad de tener el Ducati Safety Pack detrás echándote un cable. Pero hay que tener cuidado, porque con este asiento plano y con el asfalto un poco bacheado rebotaremos por encima de las irregularidades, nos iremos escurriendo hacia atrás y tendremos que agarrarnos fuerte al manillar.

Han pasado volando las dos mangas, y ya estoy contando las horas que faltan para volverme a subir a una de estas Ducati Hypermotard SP en un entorno controlado, con buen asfalto y cerrado al tráfico. Mientras tanto, soñaré con su ronco bramido y se me seguirá poniendo esa media sonrisa tonta que tengo desde que me he bajado de ella.

Como suele decirse: lo bueno, si breve... ¡Una leche! Yo quiero seguir rodando con esta moto.

Valoración - Ducati Hypermotard 939 SP

Parte anterior | Una Ducati Hypermotard con extra de picante: "hiperdiversión" en carretera
Siguiente parte | Ducati Hypermotard 939: emoción, adrenalina y mucho atractivo
Vídeo | Youtube