El aparcamiento del Circuito de Jarama era nuestro punto de partida. He de reconocer que nuestros ojos alternaban la vista entre el personal de BMW y la entrada a pista más próxima para si en un momento de despiste me podía colar y sacar una vuelta de ventaja, pero no, decidimos ser chicos buenos y esperar detrás del guía que, en un recorrido de algo más de cien kilómetros, nos permitiría ver de lo que es capaz la nueva BMW S 1000 XR.
Nos sumimos a ella y lo primero que notamos es lo mismo que he notado en otros modelos trail de la marca como la GS y es que, curiosamente, siempre tenemos la sensación de que el manillar está demasiado alto ergonómicamente hablando. Y eso que yo no soy precisamente pequeño.
La posición casi se nos antoja como si de un cuelgamonos en una chopper se tratase (de forma exagerada para que nos entendáis). Habiendo probado multitud de modelos tipo trail tanto cien por cien asfálticas como mixtas, es en la única marca en la que tenemos esa sensación.
Y quizás este detalle nos reste puntos de confianza cuando hacemos una conducción deportiva en carretera, impidiendo que carguemos tanto peso en el tren delantero como nos gustaría. Pero hablaremos de ello más tarde, primero veamos su comportamiento en los entornos urbanos.
BMW S 1000 XR, útil para el día a día
BMW buscaba con la BMW S 1000 XR un modelo que fuese utilizable todos los días, porque aunque muchos usuarios lo hacen, la GS no es precisamente un modelo para andar rejoneando el tráfico. Ni por peso ni por volumen total en la moto.
En el nuevo modelo de la familia "S" se ha mantenido una postura en la que se tiene un perfecto control de la posición, permite anticipación al ver por delante del resto de vehículos pero además que no se sienta tan ancha ni sea tan pesada. Y aunque nuestro paso por zonas urbanas no fue demasiado extenso, si pudimos ver algunas de sus bondades y, también, alguno de sus defectos.
Primero hablaremos de lo que hace bien, o mejor dicho muy bien. Queda descartado que en el apartado de frenos hay potencia y tacto más que de sobra y, las suspensiones tienen un tarado mucho más blando y agradable que por ejemplo el que ofrecía la BMW S 1000 R que probamos hace unos meses, algo que se agradece en el día a día.
Por otro lado nos impresionó el motor de nuevo, pero no por lo que es capaz de ofrecer en la parte alta del cuentavueltas (que también) sino por la bestial elasticidad que tiene. Es realmente monomarcha, tanto que circulando en sexta podemos hacer que caiga hasta los 30 km/h y después acelerar sin haber tocado el cambio hasta de nuevo la velocidad de crucero. Sí, habéis leído bien, 30 km/h en sexta sin titubeos, vibraciones o reacciones toscas al abrir el gas.
Esto para ciudad es una ventaja ya que reducimos drásticamente el consumo sabiendo que podemos circular en marchas largas sin ningún problema. Pero claro, hay que tener también mucho ojo ya que a la que nos descuidamos hemos superado el límite de 50 km/h y con ello, incrementamos enormemente la distancia de reacción y frenado.
A través de los retrovisores contamos también con una buena visibilidad de todo lo que acontece detrás nuestro. En marcha es muy noble y estrecha, lo que nos permite colarnos entre vehículos con facilidad. Únicamente hemos notado que seguramente debido al amortiguador de dirección y su tarado tirando a deportivo, la dirección cuesta bastante moverla de un lado a otro en parado.
Incluso en un primer instante me dio la sensación de que la rueda delantera estaba deshinchada pero luego constaté que era debido al amortiguador. Eso sí, en cuanto nos ponemos a 5 km/h el manejo es completamente normal e idéntico a cualquier otro modelo.
BMW S 1000 XR, buscando la deportividad y la diversión en curvas
El lugar ideal para la BMW S 1000 XR es una buena carretera de curvas. Vale, sí, también viajes y demás pero con ese motor y tecnologías aplicadas, carreteras de curvas tanto de baja o media velocidad son un paraíso terrenal. Y ojo que en nuestra memoria la referencia en la categoría ha dejado el listón muy alto.
En cuanto la carretera se empieza a enroscar sobre ella es el momento de aplicarse. Aunque probamos brevemente la configuración el motor en modo Rain, constando una entrega más dulce de la potencia, rápidamente pasamos al modo Road y luego al Dynamic con el fin de buscar las máximas prestaciones y la menor implicación electrónica. Incluso teníamos la opción de rodar en Dynamic Pro (debe ser activada con un jumper en la centralita), pero pensamos que su uso debe ser exclusivo en circuito y por lo tanto, no es objeto de esta prueba.
Lo primero es que todo el sistema electrónico está muy bien tarado y por lo tanto no es para nada intrusivo. La mejora de las motos va a pasos agigantandos y tanto el Race-ABS con sistema de reparto de frenada y levantamiento de la rueda trasera como el control de tracción DTC predictivo, saltan en el momento que es necesario y evita excesos de fogosidad.
En el tema de las suspensiones (contamos con unidades equipadas con el Dymamic ESA de suspensión electrónica), ofrece un tarado más amable para todo tipo de carreteras. Nos da igual que el asfalto esté en buenas condiciones como roto ya que ellas se van adaptando a lo que van leyendo continuamente.
Sí que es cierto que a ritmos rápidos hay que configurar el modo Dynamic para unas reacciones más firmes, pero no nos hizo falta engañar el sistema para evitar movimientos poniendo una precarga como si llevase maletas con equipaje (algo que sí tuve que hacer en la 1190 Adventure o sin ir más lejos en la Multistrada). En este punto está un poco por encima, denotando un buen trabajo de puesta a punto.
A la hora de atacar las curvas con confianza, es donde notamos que nos faltaba un poco por lo que comentábamos al principio y es la postura del manillar algo más elevada de lo que nos gusta. Quizás con el asiento más alto como opción se reduzca la sensación, pero con todas las posiciones estándar para poder ofreceros una prueba lo más fiable posible, nos dejó un sabor un poco agridulce.
Es rapidísima, el motor empuja lo que no está escrito, la puedes parar en un suspiro y metida en curva se convierte en un tiralíneas pero a la vez te permite juguetear y rectificar. Pero si tenemos que hablar de sensaciones (otra cosa sería de sensaciones) en este terreno nos parece estar un minipunto por detrás de la Multistrada.
Como decimos, son sensaciones y apreciaciones completamente subjetivas pero creemos que con nuestra experiencia en pruebas y modelos, hay suficiente fundamento como para que podamos afirmarlo abiertamente. Sinceramente nos sorprendió este resultado pero no por ello nos deja mal sabor en conjunto, al contrario. Nos divertimos mucho y sabemos que más le vale a alguna deportiva andarse con ojo porque le puedes hacer un roto con esta BMW S 1000 XR cuando menos se lo esperen.
Continuará...
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