Ayer veíamos cómo es rodar por el casco urbano y las carreteras colindantes a la ciudad con esta BMW F800 GS y hoy emprenderemos la marcha hacia parajes más amplios en los que no veamos por ninguna parte altas torres de pisos ni aglomeraciones de vehículos. Preparamos la mochila con los aparejos varios que nos van a hacer falta para la travesía, nos vestimos de torero y partimos dirección suroeste bien temprano con la esperanza de no pasar mucho calor. Iluso de mí.
En estos momentos es cuando te das cuenta de lo bien que vendría un juego de las bonitas maletas que ofrece BMW en opción para mitigar la ausencia de huecos portaobjetos. Aun con mochila y un pulpo los largos viajes serían mucho más cómodos al no tener que llevar nada colgado a la espalda ni en los bolsillos, pero que levante la mano el que no se ha hecho un viaje en moto sin maletas, cargado hasta los topes y dijera a los demás "pues yo podría seguir otros 200 kilómetros, no estoy cansado", aunque estuviera hecho caldo.
BMW F800 GS: hasta el infinito y más allá
La primera parada es a escasos 500 metros de casa para echar gasolina hasta los topes. Con 16 litros de capacidad útil en el depósito y un consumo medio que rondaba los 4,5 o 4,8 litros la autonomía supera con facilidad los 300 kilómetros si no te excedes con tu alegría en el mando del acelerador. Toda una tranquilidad a la hora de ponerte a los mandos de la moto y no querer parar. Además si haces una de empezar y no parar, a lo Forrest Gump, te pasas de pueblo en tu viaje llegando a un sitio de escasa civilización, esta BMW puede funcionar hasta con gasolina de 91 octanos, así que es un gran punto a su favor de cara a ese motero-aventurero que se va hasta los confines del mundo donde la calidad del jugo de dinosaurio no es tan buena como aquí.
Emprendemos la marcha por autopistas de asfalto en buen estado (salvo algún que otro tramo de escaso mantenimiento) y viajando a velocidad constante con lo bien protegido que vas a los mandos de la F800 GS el cansancio a penas apenas hace mella. Igualmente es conveniente ir cambiando de postura ya que su amplio asiento lo permite y hay espacio de sobra para que no se resientan nuestras posaderas.
Las suspensiones digieren las bañeras y las juntas de dilatación como si nada y el motor es de los buenos, de los que hacen tan bien su trabajo que no parece que esté ahí. Cuando necesitamos acelerar para un adelantamiento lo tenemos y cuando queremos hacer kilómetros sin ninguna preocupación más casi desaparece por la baja sonoridad y la ausencia de tirones.
La única perturbación a lomos de la bávara después de 250 kilómetros era el abrasador calor. En el cuadro de instrumentos aparecían ya 42 grados a mediodía y el aire que surcábamos parecía como si estuviéramos yendo directos hacia el astro rey en vez de surcar las carreteras manchegas, así que vamos a hacer un alto en el camino para recuperar fuerzas y repostar de nuevo que se nos está acabando el depósito casi sin enterarnos, pero ya etamos perdidos en medio de la Submeseta Sur.
Una vez descansados en mi pueblo paterno y bien hidratados vamos a ver qué tal se defiende en los tramos no asfaltados. Con un tarado de suspensiones que, apretando el ritmo en carretera de curvas puede llegar a parecer blandas, se convierte en el mejor aliado cuando aparecen baches, arena, piedras y desniveles propios del offroad.
No se puede negar la evidencia de que con todos los llenos hechos es una moto que ronda los 230 kilogramos en la báscula, y con tanto peso no te puedes meter a subir trialeras pero sí que puedes hacer una larga ruta offroad con la garantía de saber que la F800 GS será solvente mientras el terreno no se complique en exceso.
Como comenté al principio de la prueba me hubiera gustado probar la moto con unos neumáticos más camperos porque casi con total seguridad que los Pirelli Scorpion sean culpables de bastantes de las limitaciones de esta BMW en las zonas de tierra. Sobre todo si aún tienes conectado el control de tracción, porque en cuanto empieza a perder adherencia el neumático trasero la centralita corta y pierdes velocidad así que subir pendientes con esta configuración se hace un calvario.
Desconectando tanto el ABS como el ASC el comportamiento de la moto cambia de forma radical para convertirse en una delicia con la que surcar las pistas de tierra. El bicilíndrico empuja con mucha fuerza y tiene una tracción altísima sólo limitada con los neumáticos de excesivo corte asfáltico. La homogeneidad con la que entrega la potencia en carretera se torna en rabia cuando la buscas las cosquillas y el derrapaje se deja ver con asiduidad pero sin asustar lo más mínimo.
No hay que olvidar el tamaño y peso de la bávara, así que tenemos que tener presente que llegar demasiado rápido a una curva puede convertirse en un problema muy serio. Detener una moto de enduro en un caso así no es complicado, pero la inercia de esta moto es bastante más alta por lo que es mejor dejarse un margen de seguridad. No me apetece nada que se me caiga ninguna moto al suelo, pero cuando supera por mucho mi tamaño prefiero que conserve la verticalidad. Si no nos metemos en camisas de once varas se defiende más que dignamente y podremos ir saltando de un pueblo a otro sin pisar ni un centímetro de asfalto. ¡Es mucho más divertido!.
BMW F800 GS: acogedora para dos
El pasajero será siempre bienvenido en esta BMW F800 GS, el largo y ancho asiento corrido ofrece un espacio generosísimo, tiene múltiples puntos de agarre al llevar la preinstalación de las maletas y las estriberas están cubiertas de goma además de estar bastante bajas y otorgar una posición confortable. Algo de vibraciones llegan debido a lo lejos que se sitúa la segunda plaza pero no son excesivamente molestas salvo que nuestro compañero/a sea quejica.
Dos puntos negativos sí que hemos encontrado para viajar atrás durante un tiempo prolongado: uno es el escape que al estar situado tan alto y ser tan voluminoso desprende algo de calor para el acompañante (apuntaros esto que puede ser un argumento para justificar ante la parienta el sobrecoste del Akrapovick), y el segundo es que al ser un asiento tan largo e inclinado en su parte central queda demasiado espacio entre piloto y acompañante, dejando mucho sitio para crear turbulencias que pueden incomodar a quien venga con nosotros.
El viernes pasaremos a valorar cómo han sido los días sobre esta BMW F800 GS y la someteremos a examen y si es una moto que merezca la pena.
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