Italia tiene una particular relación con los radares de tráfico. Aunque Rusia es el lugar del mundo con más radares, en Europa, ese título le corresponde al país de la pizza y las Ducati. Allí, una figura conocida como 'Radialman', o simplemente el 'Robin Hood de los radares' trae de cabeza a las autoridades.
Sierra radial en mano, se dedica a destruir los radares de cuanto en tanto. Y cuando más parecía que no iba a volver a dar señales de vida; vuelve a la vida para acabar con otro radar.
De villano a héroe
Tirar abajo un radar es una conducta tan ilegal como peligrosa. Sin embargo, los ciudadanos empatizan con esta persona, y le aplauden por hacerlo. Su conducta ilegal ha sido tomada como ejemplo para otros ciudadanos, que han hecho lo mismo.
'Fleximan' viene de la palabra italiana 'flessible de taglio', lo que en nuestro idioma conocemos como sierra radial. Un poco de trabajo de intuición para saber a qué se dedica este héroe anónimo.
Ya ha derribado doce, y el último, dicen medios nacionales como Moto.it, es una queja más debido a la introducción del nuevo Código de Circulación en Italia, que endurece las sanciones y es más rígido contra las infracciones de tráfico.
Deben de ser varios sujetos. Es más bien como un pseudónimo que utilizan para tirar abajo radares porque el anterior 'Fleximan' fue detenido recientemente, pero no se volvió a saber nada más de ese tema. Hasta crearon un grupo de trabajo para identificarlo. Lo que sucede es que se ha convertido en un movimiento para tirar radares abajo, y naturalmente, eso enfadó a las administraciones locales.
En Italia, medios locales atestiguan cómo muchos celebran sus actos vandálicos, llamándole "héroe", incitándole a "venir a nosotros" e incluso elevándolo a la categoría de justiciero.
Pero es que hasta los sindicatos policiales empatizan con este personaje: "Con demasiada frecuencia, con la excusa de la seguridad vial, las administraciones municipales y provinciales han hecho que los radares parezcan hongos".
Denuncian que les obligan a "colocar los radares en los lugares más dispares, excepto donde realmente se necesitan, más para reponer las arcas de sus cuerpos que por un deseo real de reducir los accidentes de tráfico".