Hace unas semanas tenía la televisión entreteniéndose ella sola y estaban poniendo un programa de esos tan de moda sobre supercasas, casas fashion o como se quieran llamar y me llamó la atención cuando el presentador decía que su propietario había decorado el hall con sendas Ducati, que nunca había utilizado y simplemente las había comprado porque le gustaban las motos y el efecto que estas hacían en el recibidor.
Cuatro zancadas por el pasillo y metí la cabeza por el salón (el mío, no el de la casa de la televisión) con el tiempo justo para ver sendas Ducati GT1000. Me llamó poderosamente la atención y le lancé la indirecta a mi mujer de que, si conseguía un motor, me dejaría hacer una mesa con él. La asesina mirada me sacó de mi nube pero a la vista de la imagen que encabeza el post, el tipo que salía por la pantalla no ha sido ni el primero ni el último en tener esa idea.
¿Qué hacer con una Ducati 916 si no la quieres vender? ¿Tenerla en el garaje? Una tontería, mejor tenerla en algún sitio donde puedas disfrutarla, eso sí, muy bien amarrada porque como se te venga abajo en plena partida con la Play Station, la realidad del juego pasará a otra dimensión.
El tercer ejemplo es el de un neoyorkino que se compró una BMW K1200S y la colocó en su apartamento sin ni tan siquiera haberla usado nunca. La moto, la subió de forma vertical dentro del ascensor sin mayores problemas gracias a la colaboración de varios amigos. En España seguro que alguno la habría subido por las escaleras a golpe de gas.
Y ahora que lo pienso, tengo una KTM 450sx del 2003 que voy a vender… igual en vez de ello… no, que seguro que salimos los dos por la ventana protagonizando otro vídeo absurdo como el que nos puso Luis el otro día.
Vía | Bikes in the fast lane (1), (2), (3)