En España y prácticamente cualquier otro país europeo parece imposible pensar que hacer acrobacias en moto en plena calle sea la norma habitual. Es peligroso, y atenta directamente contra las leyes de circulación, al menos en España.
No en Venezuela, donde Nicolás Maduro ha decidido hacer a las piruetas en moto un deporte nacional. Literalmente un deporte nacional, con su propia legislación y que entra directamente en la agenda gubernamental. Y no ha tardado en convertirse en un problema de salud pública.
Se pueden hacer piruetas en moto en cualquier parte del país
Fue el pasado junio cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró las piruetas que se hacen a bordo de motocicletas como un deporte nacional. Incluso aprobó un censo para definir cuántas personas practican esta actividad y aprobó "definir espacios en todos los estados y municipios del país" para la práctica de estas acrobacias.
En Venezuela las motos están extremadamente extendidas entre toda la horquilla de población porque son baratas y permiten una movilidad rápida.
Ahora que hacer el canelo en moto es un deporte protegido, una actividad que fácilmente podría ser penada como conducción temeraria en España, las calles de Venezuela se han convertido en un hervidero de motos haciendo acrobacias.
En el trasfondo de esta cuestión está involucrada la agenda del gobierno, principalmente a través de la policía, que ve con buenos ojos a estos "activistas" a los que incluso alienta a través de cursos o acciones cotidianas. No se castiga hacer caballitos o ponerse en un solo pie sobre el asiento de la moto. De hecho, la propia Policía Nacional Bolivariana tiene un escuadrón acrobático en su división.
Hasta los chavales tienen a sus propios héroes nacionales y locales como Marc Márquez o Valentino Rossi, pero de las acrobacias callejeras.
Evidentemente, las acrobacias en moto no están libres de peligro. El País de América detalla cómo "se habla de un problema de salud pública y se hacen constantes alusiones a los riesgos de sobrellevar traumas graves atendidos en el precario sistema de salud pública del chavismo" y de los múltiples accidentes mortales a causa de las acrobacias en moto, aunque tampoco señalan un dato concreto, ya que el decreto lleva muy poco en juego.
El gobierno ha fomentado el uso de la moto en los últimos años, especialmente a través de importaciones masivas de modelos chinos y construcción de fábricas con capitales mixtos para el consumo popular, detalla el citado medio.
La policía, lejos de poner un límite racional a acciones como caballitos o carreras en plena autovía, lo fomenta. En declaraciones al mismo medio, uno de los jefes de la policía motorizada venezolana le quitaba hierro al asunto afirmando que "una vez que esto se aprende, ya no te pasa nada" y que "por ahí hay gente que critica al Gobierno porque a la gente le gustan las motos, pero eso no tiene nada que ver, nadie está pendiente de eso".
Lo raro, además, es llevar algún tipo de protección. Sin casco, sin guantes, sin rodilleras... Acrobacias a pelo. Y aunque algunos chavales admiten el peligro, en vez de parar, prefieren seguir jugándosela hasta que alguien les apoye: "gente la enseñen, y nos den espacio para practicar lo que nos gusta".