A medida que pasan los años, los elementos de seguridad activa en la moto evolucionan para poder facilitarnos la conducción cuando circulamos por las carreteras. Muchos, sobre todo los de la vieja escuela, te dirán que ellos mismos son su mejor elemento de seguridad, pero lo cierto es, que todos los sistemas que han ido apareciendo nos hacen la vida mucho más fácil y nos ayudan a mantenernos de una pieza.
El ABS, el control de presión de neumáticos, el ajuste electrónico de la suspensión... son elementos que cada vez están más a nuestro alcance, sobre todo en los nuevos modelos que salen al mercado. Es algo a tener muy en cuenta si vamos a comprar una moto nueva, porque es muy probable que alguna vez nos eviten un accidente o incluso salvarnos la vida.
¿Qué es la seguridad activa y pasiva?
Lo primero antes de empezar a meternos en materia, es definir qué es exactamente un elemento de seguridad activa y otro de seguridad pasiva. De una manera muy sencilla, podríamos decir que los elementos de seguridad activa son los que actúan para evitar un accidente, los que están ahí cuidándonos en todo momento.
Por otro lado, los de seguridad pasiva son los que entran en funcionamiento cuando el accidente ya se ha producido, como por ejemplo, el casco, los guantes, las chaquetas, los actuales airbags, etc... Todos ellos tratan de minimizar los daños que se pueden generar cuando ya ha ocurrido el percance.
1. El ABS, sistema antibloqueo de frenos.
Probablemente, este sea el elemento de seguridad activa más conocido por todos, al fin y al cabo es de los más comunes y ya es obligatorio con la Euro 4. Se trata de un sistema que actúa sobre los frenos evitando la caída en caso de frenada, liberando presión del circuito cuando detecta que alguna de las ruedas se ha bloqueado.
Gracias a esto, podemos reducir la distancia de frenado sin perder el control de nuestra moto, lo que nos permitirá realizar maniobras, por ejemplo, para esquivar algún objeto o detenernos con mayor seguridad sobre superficies deslizantes.
La última evolución dentro de este sistema es el control de frenado en curva que, a través de sensores que captan señales de giro, inclinación, picado y aceleración transversal, regulan la presión que ejercemos sobre la maneta cuando frenamos y se transmite más lentamente y de forma más uniforme a través del ABS. En realidad lo que hace es ser aún más predictivos y prever el bloqueo sin llegar a dejar que exista ninguna pérdida de adherencia.
2. El CBS. Sistema combinado de frenos.
Su funcionamiento es muy sencillo y lo que ocurre es que, aunque nosotros solo utilicemos uno de los frenos disponibles, el sistema de forma automática, también envía algo de potencia de frenado a la otra rueda, ganando en efectividad a la hora de detener el vehículo.
Repartiendo presión de frenado entre ambos ejes en vez de sobre uno solo la moto frena de forma "plana", evitando así transferencias de pesos o excesos de carga de trabajo para una sola rueda. Lo normal en un sistema de este tipo, es que actué en el freno de delante de forma automática cuando utilizamos el freno trasero, aunque en algunos modelos el sistema es bidireccional, frenando de detrás cuando accionamos el freno delantero.
3. El control de presión de neumáticos
El neumático es el único elemento que está en contacto con el suelo de nuestra motocicleta y además se trata del primer elemento del sistema de suspensión. No hace falta tener una rueda muy gastada para tener un susto o un accidente, simplemente con no tener una correcta presión de inflado ya nos puede pasar y para facilitarnos la vida, han aparecido estos nuevos sistemas.
Lo más básicos son simplemente un tapón de válvula que activan un LED o cambian de color cuando la presión de hinchado de nuestros neumáticos cae por debajo de lo recomendado. Pero en la actualidad ya existen sistemas que actúan de forma remota y lo que hacen es monitorizar la presión y transmitirla a la pantalla de información avisándonos en caso de tener una presión baja.
Igual de malo que tener poca presión es rodar con exceso de la misma, así que hay que procurar llevar siempre la presión recomendada por el fabricante para que las gomas trabajen correctamente, te ofrezcan su rendimiento óptimo y se desgasten de forma natural.
4. El control de estabilidad
Hasta hace unos años parecía que el control de estabilidad sólo estaba disponible para los coches, pero no, también ha llegado a la moto para aumentar nuestra seguridad y es uno de los elementos más innovadores en lo que a seguridad activa se refiere.
En este sistema, un sensor adicional mide el ángulo de inclinación real en el que se encuentra la moto y permite que su centralita se ajuste a las necesidades de conducción puntuales actuando sobre la frenada y la aceleración de forma electrónica. Con esto se consigue el mejor apoyo posible y se mantiene la estabilidad de la moto.
5. Control dinámico de tracción
Cuando las condiciones de la carretera son cambiantes, circulamos por superficies donde el agarre brilla por su ausencia o el neumático trasero recibe más potencia de la que puede transmitir, es cuando nos daremos cuenta de lo que el control de tracción hace por nosotros. Este sistema ha evolucionado mucho en muy poco tiempo y ya utiliza mucha información recogida a través de sensores instalados por toda la moto.
Lo que ocurre en este sistema, es que detecta si la rueda trasera está girando demasiado rápido con respecto a la delantera. Esto se mide a través de los sensores del ABS y se analiza junto al resto de datos proporcionados por los sensores reduciendo el par enviado a la rueda trasera en caso de ser necesario.
Esta reducción de entrega puede actuar sobre el encendido, la inyección y la mariposa del acelerador, modulando cuánta energía llevamos al tren posterior hasta que la situación vuelva a estar controlada.
6. El ajuste electrónico de la suspensión
En nuestra moto, podemos regular la suspensión de tres modos diferentes: la precarga del muelle que nos permite graduar la dureza del mismo, la compresión (la resistencia del amortiguador cuando se comprime) y la extensión (la resistencia que opone el amortiguador cuando se está extendiendo). Hasta no hace mucho todo esto se hacía de forma manual, pero ahora y gracias a la electrónica ajustar estos parámetros es mucho más sencillo. En las motos que lo equipan, claro.
Programas con nombres como “normal”, “sport” o “confort” regularán los reglajes de forma automática e instantánea facilitándonos la tarea de ajustar el setting de la moto cada vez que lo necesitemos. Además, los sistemas inteligentes permiten detectar el tipo de conducción que estamos realizando y la centralita se encargará de modificar estos parámetros para adaptarlos a nuestras necesidades en cada momento.
Un ejemplo claro es el de la Ducati Multistrada 1200 Enduro. Si estás haciendo un tramo de curvas en modo Sport y te apetece de pronto hacer un tramo offroad será capaz de reconocer el cambio y adaptar las suspensiones a un uso campero.
7. Iluminación dinámica
Nos puede parecer una tontería, pero la evolución en la forma de iluminar nuestro camino y que seamos vistos por el resto de usuarios ha evolucionado mucho y ha llevado consigo que nuestra seguridad activa aumente.
Los faros de LED y de inclinación variable son lo más moderno que existe. Estos últimos adaptan la iluminación según la inclinación de la moto e ilumina el interior de la curva para aumentar nuestra visibilidad cuando estamos girando. Pudimos probarlo nuevamente en la KTM 1290 S Super Adventure hace unos meses y su funcionamiento sorprendió gratamente.
Todos estos nuevos dispositivos de seguridad activa que van apareciendo para nuestra moto están creados para reducir los siniestros en situaciones en las que podemos llegar a perder el control. Luchar en contra de la imposición de estas nuevas tecnologías es poner en juego nuestra propia seguridad cuando cogemos nuestra moto y salimos del garaje.
Cualquier avance en seguridad que pueda salvarnos en cualquier percance, bienvenido sea.
En Motorpasión Moto |