Desde que Suzuki abandonase el Campeonato del Mundo de Superbikes hace dos temporadas, la firma de Hamamatsu ha trabajado a otros niveles para poder estar de vuelta en la más alta competición. Esta temporada 2017 la Suzuki GSX-R1000 se proclamó vencedora del AMA Superbike en manos de Toni Elías y dentro de la estructura Yoshimura Suzuki.
Animados por estos resultados, el equipo Grillini del WSBK ha decidido cambiar de aires para dejar a un lado cinco años junto a Kawasaki para aventurarse a llevar de nuevo las Suzuki al mundial de motos derivadas de la serie, y lo hará con mucha ilusión y ganas, pero sin apoyo de fábrica.
Todo un reto para el equipo Grillini
Pese a que las GSX-R de Grillini serán las únicas motos de su marca en la parrilla, Suzuki ha decidido de momento no tomar partida de forma oficial en el proyecto y será el propio equipo privado el que desarrolle las mejoras específicas para su moto, según ha reconocido el propio Andrea Grillini, propietario del equipo.
"Trabajar en un nuevo proyecto es una buena oportunidad para nosotros aunque sea sin el apoyo oficial de Suzuki", afirmaba Grillini quien cree que la gran puesta en escena de las Suzuki en temporadas anteriores puede traducirse en una ventaja competitiva de cara a la temporada 2018. Eso sí, estar a la altura de las mejores les va a costar un esfuerzo faraónico.
"Vamos a seguir siendo un equipo privado y tenemos mucho trabajo por delante, pero nos sentimos preparados para afrontar el reto", se mostraba animado Andrea tras el anuncio de un proyecto en el que aún se desconocen cuáles serán los pilotos elegidos para la puesta en escena.
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