El cuerpo de policía de Tempe (Arizona) ha decidido dotar a al menos la mitad de sus motos de patrulla con rifles de asalto AR-15. La iniciativa ha partido de la la jefa de policía Sylvia Moir, calcando la medida tomada por ella misma en El Cerrito (California) antes de haber sido trasladada a finales de 2016.
La motivación de por qué equipar a los agentes motorizados de estos rifles de gran calibre está motivada por una clara motivación de seguridad según las propias palabras de Moir. "Cuando ocurre un problema que bloquea el tráfico los policías motorizados son los únicos que pueden llegar al lugar de los hechos", apostillaba el comandante Michael Pooley.
Rifles de asalto para las motos de acción rápida
Pooley subrayaba que "estamos preocupados por la percepción pública. No queremos que la gente piense que los AR-15 se llevan porque sí", haciendo referencia a que los policías motorizados son los primeros que en situaciones de caos son los primeros en acudir al lugar de un crimen "teniendo que hacer frente a situaciones complicadas solamente con armas de corto alcance como pistolas y escopetas. Tienen que poder defenderse a sí mismos y a los ciudadanos".
Para que los policías puedan utilizar este equipamiento han de recibir un entrenamiento específico de 40 horas antes de poder utilizar estas armas. Los rifles van sujetos y asegurados a la parte trasera de las motocicletas en unos soportes específicos de tal manera que sólo puedan ser utilizados por los agentes. "Nadie que no sea el policía puede llegar y coger el rifle", aseguraba sargento Elcock.
Más armas, menos apoyo social
Esta decisión vuelve a poner sobre la mesa el debate en Estados Unidos sobre la idoneidad de los que apoyan la presencia de armas de fuego y su fácil acceso al público general y los que están en contra. Dos posturas encontradas de nuevo frontalmente tras el atentado ocurrido el pasado 16 de febrero en Parkland (Florida) donde un exalumno entró en una escuela armado con un fusil AR-15 idéntico al que utilizan en la policía de Tempe.
Nikholas Cruz dejó antes de ser detenido dejó 17 muertos y 15 heridos tras de sí en un suceso protagonizado por jóvenes con acceso a armas de fuego que recuerda demasiado a la masacre de Columbine de 1999 en la que fallecieron 15 personas y los dos asaltantes.
Heredero del M-16, el AR-15 es el el rifle más vendido en EE.UU., presente en las casas de más de 3,5 millones de hogares estadounidenses y en los cuerpos de 15 países de la OTAN. Su precio de venta en el mercado de armas americano ronda los 500 euros.
Con el derecho constitucional a poseer armas de fuego, los registros oficiales arrojaban más de 300 millones de armas de fuego en manos de civiles ya en 2009. Casi 10 años después la demanda de armas se ha disparado.
La normativa norteamericana permite poseer armas largas a los mayores de 18 años o de 21 años en el caso de armas largas siempre que no cuenten con prohibición expresa. A partir de ahí la única distinción se encuentra en los estados en los que se pueden portar armas de manera visible u oculta (50 de los estados americanos).
En respuesta a la aparente militarización de la policía (hasta ahora los agentes podían portar rifles AR-15 pero sólo en los coches patrulla) y a iniciativas como la de Donald Trump de dotar de permisos especiales que un porcentaje de los profesores portar armas en las escuelas, el movimiento #ArmMeWith está cobrando fuerza, racionalizando el acceso a armas de fuego e incentivando la formación psicológica que pueda prevenir sucesos de este tipo.
Además, la ciudad de Tempe (Arizona) ha saltado recientemente a las portadas de la prensa internacional al haber sido el escenario del trágico atropello mortal relacionado con un coche autónomo de Uber que le ha costado la vida a una mujer.