Disfrutar del sol de invierno con la moto

Pues ya tenemos aquí el invierno. Como cada año, el 21 de diciembre llega puntual a la cita. Y con el invierno, el frio (aunque este otoño también nos ha dejado días de buen frio). En otras latitudes, el invierno implica guardar la moto hasta la llegada del buen tiempo. Las motos duermen el frio. Pero una de las cosas positivas que tenemos en España (al menos, en una gran parte del país) es poder disfrutar de la moto todo el año.

A mí me gusta especialmente el sol de invierno. Bueno, no sé si la expresión es correcta pero creo que la entenderéis: se trata de los días soleados de invierno, en que la luminosidad es muy especial pero no hace calor. Un sol que da luz pero no calienta. Aunque lógicamente hay que abrigarse, se trata de días deliciosos para ir en moto, en los que se rueda muy bien, disfrutando especialmente del paisaje y de las vistas. Además, parar en un bar a hacer un café con leche bien calentito se convierte en una recompensa apreciada.

Este fin de semana ha sido en Barcelona (y por lo que han comentado en el telediario, parece que en gran parte de España) un buen ejemplo del placer de disfrutar del sol de invierno en la moto. El sábado por la mañana me ponía el mono de moto (la seguridad es lo primero) con la ropa interior térmica (la comodidad también es importante) y junto con un amigo, Ferran, salí a darle en moto la bienvenida al invierno.

Nos encontramos en la gasolinera habitual para llenar el depósito y verificar las presiones de los neumáticos. Las salidas en invierno suelen tener otro invitado, al menos en nuestra zona de salidas: las humedades. Y fieles a su cita, en las primeras carreteras del día encontramos numerosas humedades que obligaban a ser especialmente prudentes.

A media mañana, un buen desayuno para recuperar fuerzas y explicarnos las últimas batallitas. Enseguida, estamos de nuevo en las motos. Otra cosa que hay que tener en cuenta en las salidas invernales es que el asfalto suele estar frio, y eso condiciona la temperatura de los neumáticos y el agarre. Hay que estar al tanto para no tener sustos.

La segunda parte de la ruta discurrió por carreteras cerca del mar y orientadas al sur, por lo que nos pudimos olvidar de las humedades y centrarnos en disfrutar de la conducción y del paisaje. Nos encontramos unas cuantas motos en los tramos más clásicos como el del Pantano de Foix o la bajada de la Plana Novella a Castelldefels. Os dejo una foto de la salida de hoy en este último tramo.

En definitiva, una excursión para disfrutar del sol de invierno y darle la bienvenida en moto al invierno. ¿O es que acaso eres de los que guardas la moto hasta que llegué el buen tiempo?

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