Que MotoGP se está fijando mucho en la Fórmula 1 no es ningún secreto. El propio Carmelo Ezpeleta ha reconocido en más de una ocasión que la Fórmula 1 está sirviendo como referencia para reencauzar los años más duros del mundial de motos, y se está viendo: nuevo himno, carreras al sprint y drivers parade... A simple vista se pueden ver pinceladas claras.
Cualquiera que siga el mundial de MotoGP se podrá dar cuenta de algo: desde hace un tiempo todo el mundo está enfadado. Los pilotos despotrican entre ellos, los aficionados claman contra el reglamento técnico de MotoGP y nadie entiende qué hacen los comisarios. Cualquiera diría que el mundial se hunde, pero nada más lejos de la realidad. Crece al más puro estilo F1.
Cómo arreglar MotoGP se ha convertido en el debate del mundial
"Que hablen de ti, aunque sea mal". La frase históricamente atribuida a Oscar Wilde en realidad fue una interpretación del publicista Ivy Lee, pero ha pasado a la historia del mismo modo. No solo eso, sino que ha sido el mantra en el que lleva amparándose la Fórmula 1 durante toda su historia para ser la categoría reina del motorsport.
Los que hayan tenido un ojo puesto en los coches se habrán dado cuenta de una cosa: la Fórmula 1 siempre es una categoría que hay que arreglar. Los mayores debates sobre el mundial de Fórmula 1 no son sobre las carreras o las batallas entre los pilotos, sino sobre cómo mejorar la propia Fórmula 1, porque ahora no gusta.
A los que la ven ahora les gustaba más la Fórmula 1 de los 2000, los que la veían entonces decían que la pura F1 era la de los '90, los noventeros señalaban que para carreras de verdad las de los '70, y estos últimos clamaban porque la Fórmula 1 ya no era como en tiempos de Juan Manuel Fangio. Siempre hay que arreglar la Fórmula 1, pero mientras se arregla se habla de ella, aunque sea mal.
Se llama generar debate. Que haya un tema de conversación en torno a MotoGP, aunque sea cómo arreglar MotoGP. Hace pocos meses el mundial caminaba peligrosamente hacia la irrelevancia: Valentino Rossi, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa y Marc Márquez desaparecieron casi a la vez de MotoGP, y los recambios no emocionaban.
Hoy poco a poco se va dotando de personalidad a los nuevos héroes que de repente tuvieron que salir a la palestra antes de lo previsto. Los encontronazos en pista entre los pilotos ya son inevitables por las características de las motos, y esto obliga a los corredores a tirar a la basura el guion de niños buenos y defender su territorio.
La moto empieza a ser foco de debate. "Fulanito gana porque tiene la mejor moto". "Menganito ganaría el mundial de calle con aquella moto". Es jerga de Fórmula 1. ¿Cómo? Haciendo que el piloto con más seguidores de la parrilla, Marc Márquez, tenga una moto que le haga prácticamente imposible ganar el mundial.
Nadie restaba valor a los mundiales de Márquez porque Álvaro Bautista no podía ganar con la Aprilia, Andrea Iannone no podía ganar con la Suzuki o Pol Espargaró no podía ganar con la KTM. Porque esos pilotos no son los que importan, y que uno de los grandes héroes esté sin material para poder ganar genera conversación. Que le pregunten a Fernando Alonso.
Márquez es el centro de MotoGP. El que acumula seguidores y haters a partes iguales. Y el mundial está sabiendo usarlo para generar debate. Por defecto, los enemigos de Márquez empiezan a simpatizar con Pecco Bagnaia, igual que los que no soportaban a Valentino Rossi fueron cambiando de chaqueta de Max Biaggi a Sete Gibernau y después a Casey Stoner.
MotoGP ha conseguido que no importe quien gane las carreras. Después del Gran Premio de Francia, en la mayoría de tertulias sobre el mundial ni siquiera se mencionó el nombre de Marco Bezzecchi, el ganador de la carrera. Ni falta que hizo. El guion es siempre el mismo: primero Márquez, después los accidentes, la aerodinámica, la falta de adelantamientos y al final más Márquez.
El bucle infinito, semana tras semana, que se retroalimenta a sí mismo. Una telenovela eterna, un sudoku sin solución que mantiene enganchados a los espectadores, reflexionando sobre cómo se podría arreglar el mundial de MotoGP sin darse cuenta de que precisamente eso es lo que están haciendo, arreglarlo.
La taquilla y las audiencias de MotoGP muestran señas de resurgimiento
Solo hay que ir a los datos. El Gran Premio de Francia de la semana pasada fue el que tuvo más público de la historia del mundial de motos. 278.805 espectadores pasaron por las gradas de Le Mans para seguir la carrera número 1.000 de la historia de MotoGP. En Francia la pasión por MotoGP se ha desbordado en los últimos años.
Tienen a Fabio Quartararo, el mejor piloto francés de la historia que para muchos es uno de los mejores de la parrilla, pero ahora tiene una moto que le hace imposible ganar. ¿Les suena la historia, verdad? A principio de mes en Jerez se reunieron 163.479, 40.000 más de las que estuvieron en 2022 en la meca gaditana.
Las audiencias también refrendan el resurgir de MotoGP. Los números de 2023 están mejorando a los de 2022 prácticamente en todas las carreras, incluidas en las que faltó Marc Márquez. Este año la carrera de Jerez ha tenido 218.000 espectadores en DAZN sin Márquez, mientras que el año pasado, con Márquez, la vieron 195.000 por DAZN.
Los números aún están lejos de los de hace unos años, y MotoGP sigue metida en el bache. Pero poco a poco se vuelve a hablar de motos, MotoGP está generando debate y esto podría ser la primera señal del resurgir del mundial de motos amparándose en el viejo mantra de la Fórmula 1: "Que hablen de ti, aunque sea mal".