Que Pedro Acosta ya es la gran promesa del motociclismo mundial está fuera de toda duda, pero lo que él mismo ha confesado recientemente es impactante hasta para él. El piloto murciano tuvo una propuesta para subir a MotoGP ya en la temporada 2022, pero él mismo la rechazó.
La situación no solo es sorprendente porque no es nada habitual saltar directamente de Moto3 a MotoGP, sino porque además en la categoría reina hay un límite de edad de 18 años al que Acosta no hubiese llegado hasta el 25 de mayo de 2022. Es decir, que se hubiese saltado las primeras carreras de la temporada.
Acosta no hubiese corrido hasta cumplir los 18 años
"Sí, existió esa opción. Iba a cumplir 18 años a mitad de la próxima temporada si subía a MotoGP. Qué necesidad había de saltarse etapas, de quemarlas, para ir a MotoGP. Me valía mucho saltar a Moto2, coger experiencia, que es lo que me va a hacer llegar preparado cuando llegue a MotoGP", explica Acosta en una entrevista con DAZN.
Lo que no está nada claro es qué marca pudo ponerle sobre la mesa una propuesta así. Todo apunta a Yamaha, que ha tenido urgencia por fichar a pilotos durante todo el mercado y finalmente ha terminado subiendo directamente a Darryn Binder desde Moto3. Si lo hacen con un piloto mediocre como el sudafricano, por qué no con Acosta.
Sin embargo, Acosta firmó un nuevo contrato con KTM que le asegura una rampa de lanzamiento más pausada hacia MotoGP. En principio estará dos temporadas en Moto2 en el Ajo Motorsport antes de ascender. "KTM confió en mí, Red Bull lo dio todo por mí. Y esta es la mejor manera de recompensarles. Espero seguir aquí mucho tiempo", dice Acosta.
La próxima temporada Pedro Acosta correrá en Moto2 en la estructura de Aki Ajo, la misma en la que ya ha estado en Moto3, y con Augusto Fernández como compañero de equipo. Curiosamente, los dos utilizaban el dorsal '37', y como Fernández es más veterano el que se lo va a cambiar es Acosta: correrá con el '51'.
Además, Acosta ha hablado de un asunto que se sabía, pero al que no se le había dado mucho bombo durante su lucha por el título: ha dado el estirón. "Al empezar el año medía 1,67 y al volver de verano, 1,72. Esos centímetros se notan. Ha sido algo malo que he guardado en silencio. No me podía poner la excusa de no haber ganado el mundial por esto", explica.
Este crecimiento exprés, tan habitual de los adolescentes, le ha provocado dolores en la espalda que, en parte, han sido responsables del bajón de rendimiento en la segunda mitad de la temporada, aunque él no lo quisiese poner como excusa. Aún así, ha asegurado el título de Moto3 y seguro que esos centímetros de más le vienen muy bien ahora en Moto2.
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