Era 19 de junio de este mismo 2022. Los últimos días de la primavera ya auguraban un verano muy caliente mientras Pecco Bagnaia veía el final de la carrera de MotoGP desde su box. "Pensé que había perdido el mundial", reconoce. No es para menos, estaba a 91 puntos de Fabio Quartararo en la general.
Cinco meses después, Pecco Bagnaia se ha proclamado campeón del mundo de MotoGP. Tranquilo, a su estilo, siendo el mismo chico calmado que impresionó al paddock ganando dos carreras con una pobre Mahindra en Moto3. El mismo piloto poco ruidoso que sin que nadie se dé cuenta se ha convertido en un gigante de MotoGP.
Bagnaia recoge en un solo piloto pedacitos de Rossi, Stoner, Lorenzo, Pedrosa y Márquez
Si nos vamos un poco más atrás, a la mañana del 12 de septiembre de 2021, nadie podía imaginar lo que es ahora Pecco Bagnaia. Por entonces, hace solo catorce meses, la supuesta estrella de futuro de Ducati todavía no había ganado ninguna carrera en el mundial, y su calidad empezaba a estar muy discutida.
Aquel día, contra todo pronóstico, Bagnaia ganó. Y no lo hizo de cualquier forma, sino soportando estoico los furibundos ataques de Marc Márquez, que estaba empeñado en ganar delante de su afición. Bagnaia, un piloto al que todos acusaban de frío, de no saber ganar, le ganó el duelo a la leyenda para llevarse su primera victoria. Cosas que forjan un carácter.
Bagnaia tardó dos años y tres cuartos para ganar su primera carrera de MotoGP, pero desde entonces no ha dejado de hacerlo. En los últimos catorce meses ha ganado once de las 26 carreras que se han disputado, y eso que entre medias le pilló la pájara de inicios de 2022, la que casi le cuesta este mundial.
MotoGP ha tenido cinco grandes pilotos antes de la presente generación. Se trata de los añorados Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo, Casey Stoner, Valentino Rossi y Marc Márquez, todavía presente pero solo a medias en los tres últimos años. Bagnaia tiene un fuerte vínculo que le une a todos ellos y le convierte casi en la mezcla perfecta.
Bagnaia tiene la calma de Pedrosa, esa reflexiva forma de actuar que le lleva a no precipitarse más de la cuenta. Tanto Bagnaia como Pedrosa parten de un estilo a priori más propio para una moto con motor en línea que tenga un gran paso por curva, pero se las han apañado para triunfar con un V4 debajo del trasero.
Y es que el estilo de Bagnaia es puro Jorge Lorenzo. Si alguien se ha beneficiado de cómo el paso del balear por Ducati transformó la Desmosedici ese es Bagnaia, que apoyado en estos neumáticos de Michelin está pudiendo exprimir al máximo su estilo de pilotaje. Dulce, suave, pero voraz.
De Valentino Rossi lo que tiene Bagnaia son los consejos. El italiano es el primer alumno de la VR46 que se proclama campeón del mundo de MotoGP, y el propio Rossi estuvo en Cheste para celebrar el alirón con Bagnaia. Durante toda la temporada, el '46' ha sido un consejero de lujo para el nuevo campeón.
Aunque Bagnaia también llamó a Casey Stoner en más de una ocasión. Lo que le une al australiano es mucho más que ser los únicos que han ganado el mundial con Ducati. Ambos fueron despreciados tras ganar su primer mundial, acusados de llevar la mejor moto de la parrilla. Muchos ya le han pedido disculpas a Stoner, ¿lo harán también con Bagnaia?
Si, Bagnaia es campeón con cinco 'ceros' que casi son seis, pero también es campeón porque ha ganado siete carreras en una temporada. Antes que él, lo habían hecho Márquez, Stoner, Lorenzo, Rossi, Mick Doohan, Wayne Rainey, Eddie Lawson, Wayne Gardner, Freddie Spencer, Giacomo Agostini, Phil Read, Mike Hailwood, John Surtees y Gary Hocking. Los grandes.
¿Qué le une con Marc Márquez? El futuro. Que el octocampeón volverá a luchar por el título en 2023 es algo que todo el paddock da por sentado, pero si Bagnaia vuelve a experimentar el mismo crecimiento exponencial tras su primer título que tuvo tras su primera victoria, podemos asegurar que Márquez va a tener al menos un rival. Y si Yamaha quiere, dos.
La posición de ventaja de Ducati empieza a ser peligrosa para MotoGP
Si bien no es posible ponerle un pega al título de Bagnaia, MotoGP haría bien en revisar la posición que está comenzando a tomar Ducati dentro del mundial. Hace una década se puso en marcha un sistema de concesiones que consiguió igualar el campeonato, y ahora este paradigma corre serio peligro.
Ducati no solo está arrasando a todas las demás marcas en cuestiones de innovación, sino que además juega con ventaja. Tener ocho motos en la parrilla, mientras otras marcas querían tener cuatro y solo tienen dos, es un abuso inconcebible que debería ser arreglado inmediatamente, y ese curioso poderío rojo en la clasificación tampoco estaría mal revisarlo con lupa.