2015 fue un año pleno de sonrisas en Yamaha. Doblete de pilotos, título de constructores y título de equipos en una temporada de ensueño en MotoGP. Se las prometían muy felices: la Yamaha YZR-M1 sigue siendo la mejor moto del mundo (o al menos lo parece). Sin embargo, el Gran Premio de Alemania ha encendido todas las alarmas. No sólo por la victoria de Marc Márquez, sino por el horrible resultado cosechado por la marca de los diapasones.
La octava posición de Valentino Rossi como mejor Yamaha supone un naufragio en aguas germanas de proporciones épicas, sin precedentes en mucho tiempo. Exactamente en más de ocho años, desde la cita final de 2007, cuando no hubo ni una sola Yamaha en el top 10. Al mismo punto hay que acudir para encontrar dos carreras consecutivas sin ninguna moto de Iwata en el podio de la categoría reina.
Dos años en el podio
No obstante, en los Países Bajos Pol Espargaró salvó el honor con una meritoria cuarta plaza. Aquello pudo entenderse como un traspié puntual que cualquier día tenía que ocurrir. No había motivos para el drama, tocaba olvidar pronto el varapalo y volver a brillar en Sachsenring. Bien es cierto que el circuito germano no es el más propicio para la M1, a tenor de lo visto en 2015 cuando Marc Márquez y Dani Pedrosa reeditaron de forma implacable el doblete cosechado un año antes.
Ahora bien, de ahí al desastre vivido en los boxes del Movistar (con Rossi ignorando las órdenes de equipo e hipotecando así su carrera, y Lorenzo hundido en el averno del pelotón) y el Monster (caída de Pol y pobre rendimiento de Bradley Smith) no se lo esperaba nadie. Es cierto que la carrera fue un absoluto caos, pero también es cierto que delante de la mejor M1 acabaron las cuatro Honda y tres Ducati.
Alarmas encendidas
Aquel 2007 al que nos remontamos acabó muy mal para Yamaha. Sin podio en las dos últimas pruebas (con Rossi quinto en Malasia y Sylvain Guintoli décimo primero en Valencia) y sucumbiendo de forma clamorosa en la general ante Casey Stoner y su Ducati. Un precedente que asusta, y que obligará a Yamaha a ponerse las pilas de cara a Austria.
Especialmente a un Jorge Lorenzo que ha sumado la pírrica cifra de siete puntos en las tres últimas carreras. Porque lo peor de todo para Jorge y Yamaha no es sólo su propio desastre, sino que Márquez lo ha aprovechado para escaparse en la general. Todavía están a tiempo de atraparle, pero no pueden permitirse más naufragios como el de Sachsenring.
Fotos | Yamaha Racing