No hace mucho comentaba en uno de los anteriores artículos que alguna de las categorías de este año se parecía más a la de 500 de los años noventa que a una competición actual ya que la mitad de la parrilla estaba medio lesionada o lesionada del todo debido a las innumerables caídas sufridas durante los entrenamientos y las carreras.
En un año en el que la meteorología ha sido bastante benévola con el Campeonato del Mundo de MotoGP, estamos asistiendo a un recital dantesco de caídas, banderas rojas y ausencia de pilotos por lesión al que no estamos acostumbrados. Cada categoría es diferente y por ello también como está respondiendo a esta situación atípica que, por el bien de todos, esperemos que pase de una vez ya que nada más malo puede ocurrir.
MotoGP, el año de las piernas rotas
Quizás hayan sido las dos lesiones más sonadas, una por ocurrirle a Valentino Rossi y la otra por sucederle a Randy de Puniet, dos lesiones idénticas pero rodeadas de diferentes circunstancias. El piloto italiano sufrió la rotura al golpearse violentamente contra el suelo mientras que el francés era atropellado por la Ducati de Mika Kallio con idéntico resultado.
Pero no podemos olvidarnos de la gran cantidad de pequeñas fracturas que ha salpidaco este año a la categoría reina o a la ausencia durante varias carreras de Hiroshi Aoyama debido a un aplastamiento de vértebras. Sorprendentemente se han hecho daño pilotos novatos y veteranos por lo que las caídas no están reñidas con la experiencia.
Ahora las caídas por orejas no son a la salida de las curvas sino durante la única fase en la que el piloto tiene todavía el control de la moto, es decir, en la entrada, con el gas cortado y el freno delantero apretado. En ese momento y condicionado por su rapidísimo paso por curva, es bastante sencillo que el tren trasero intenté adelantar al delantero ya que su velocidad es mayor, produciendo un highside muy similar con resultados nefastos para el piloto.
¿El control de tracción ha disminuido el número de caídas entre los pilotos? Si pero los nuevos neumáticos y la agilidad de las 800 han creado un nuevo tipo de caídas, casi tan graves como las anteriores y mucho más difíciles de evitar mediante controles electrónicos a no ser que nos carguemos el espectáculo totalmente.
125: la categoría sin ley, la más tranquila
Aunque parezca mentira, la categoría con los pilotos más locos debido a su juventud es con creces la categoría más segura de las tres. Si exceptuamos la lesión de Nico Terol, todo lo demás han sido caídas sin mucha importancia en la que los pilotos se han recobrado más o menos rápido: dislocaciones de hombro, algún dedo, etc.
Son los que van siempre con el cuchillo entre los dientes pero sin duda los que más experiencia tienen con las motos, que no han evolucionado mucho en los últimos años. Durante la retransmisión Alex Crivillé lo dejaba claro ya que comentaba que las motos de ahora no gripan ni un diez por ciento de lo que lo hacían antes. Los motores están mas que probados y su poca potencia evita que el piloto pase demasiados apuros.
Moto2: la desgracia que se veía venir
Ya lo decía hace algunos meses que Albi reflexionaba sobre el peligro de esta categoría y al final este fin de semana hemos tenido la primera desgracia. Lo peor es que el accidente fue completamente fortuito y era imposible de evitar pero el mal sabor de boca nos queda.
¿Qué ocurre en esta categoría? Pues en mi opinión, un cúmulo de problemas. La categoría es nueva con todo lo que conlleva: inexperiencia de equipos, mecánicos y pilotos. Dicen que conoces los límites cayendo y las Moto2 son muy nuevas. Estoy seguro que muchos de los que se van al suelo a veces no saben ni por qué les ha pasado. Además, el número de motos en parrilla es muy elevado. Algunos circuitos antiguos no son capaces de digerir ese número de motos en la primera vuelta y las montoneras están a la orden del día.
¿Cuantas banderas rojas llevamos? Unas cuantas, y es que es imposible que no se toquen en la primera frenada. Algunos pilotos han tomado medidas, como colocar protecciones tipo supermotard en el semimanillar derecho para evitar que se accione de forma fortuita el freno delantero y veamos una caída como la ocurrida entre Barberá y Simoncelli.
Pero no es suficiente, el mayor peligro con esta cantidad de pilotos es el atropello, algo que no se puede evitar. Hace unas carreras recordaréis a De Angelis volando después de ser golpeado por una moto montada por el jinete fantasma. Y así unas cuantas hasta el desgraciado accidente de ayer.
¿Solución? Sólo se me ocurre limitar el número de motos en parrilla, pero poco más ya que por desgracia, no se puede tener en cuenta todo y a veces las casualidades ocurren. Echaremos de menos a Shoya Tomizawa pero también quiero que nos acordemos de Scott Redding y de Alex De Angelis, involucrados en el accidente y que lo tienen que estar pasando mal, muy mal. No desearía nunca estar en su pellejo. Ánimo y para adelante. Donde quiera que esté Shoya seguro que os estará sonriendo de igual forma que lo hacía en el paddock todos los domingos.
Fotos | Honda Pro Racing, Mapfre Aspar Team