Hoy es un día muy especial para Loris Capirossi y para mí, ya que ambos cumplimos 37 años. El hecho de que naciésemos el mismo día, hizo que siguiese su trayectoria con más detalle y que pasase a ser uno de mis pilotos más admirados, y por qué no decirlo, uno de los más queridos. Es difícil encontrar a alguien al que no le caiga bien el bravo piloto italiano, que un año más, y ya van veinte, está a punto de comenzar otra temporada entre la élite de la competición motociclista.
Tras los últimos ensayos de Qatar, en los que se perdió parte del primer día por una indisposición física, el experimentado Loris se mostró bastante satisfecho con el rendimiento de su Suzuki GSV-R, de la que probó un nuevo chasis y un nuevo basculante. Finalizó estos test con un registro de 1’56,195, el sexto mejor crono en la clasificación combinada. Por sus declaraciones al finalizar estos entrenamientos, parece que de nuevo está con ganas de luchar por los puestos de cabeza, cosa complicada en estos tiempos de genios que corren:
Esperamos tener una gran oportunidad esta temporada, porque todos están trabajando muy duro. Estoy muy contento de seguir todavía con el Rizla Suzuki y, aunque sabemos que todavía debemos mejorar un poco, creo que hemos hecho un buen trabajo este año hasta ahora
Seguro que el bueno de Capirex, nunca se hubiese imaginado, cuando empezó a competir en el Campeonato del Mundo en 1990, que a los 37 años seguiría montado en una moto de competición. Natural de Castel San Pietro (Bolonia), fue, como muchos de sus compañeros, un piloto precoz, que a sus cuatro años ya demostraba buenas maneras a los mandos de un manillar, aunque no comenzó a competir hasta los 14 años, quedando 6º en el Campeonato Italiano de Sport Production con una Honda NS125. En 1988 y 1989 disputa el Campeonato Europeo de 125, consiguiendo un 9º y un 4º puesto respectivamente, pero es al año siguiente cuando comienza el sueño que aún disfruta.
En 1990 debuta en el Campeonato del Mundo de 125 de la mano de Fausto Gresini, sorprendiendo a todos al adjudicarse el título. En la siguiente temporada revalida el número uno con una madurez impropia de su edad, más acorde a lo que hacíamos algunos de su quinta al andar todo el día locos perdidos detrás de las chicas. En 1992 da el salto a los 250, con un 12º puesto final, que en el siguiente curso casi se convierte en título, perdiéndolo frente a Tetsuya Harada y teniendo que conformarse con el subcampeonato. En 1994, a pesar de comenzar ganando los cuatro primeros grandes premios, no puede hacer nada frente al binomio Aprilia/Max Biaggi y se tiene que conformar con el tercer puesto en la clasificación.
Al año siguiente, Loris decide dar el salto a la categoría reina pilotando la todopoderosa Honda NSR 500, encuadrado en el Team Pileri. A pesar de la inexperiencia en la puesta a punto, consigue clasificarse en primera fila en su segunda carrera y obtiene su primer podio en la categoría a final de temporada. En 1996 cambia de marca y ficha por el equipo Yamaha de Wayne Rainey, y como no podía ser de otra forma, aprende tanto con él que gana su primer GP de 500 en el circuito de Eastern Creek.
La siguiente temporada acepta la oferta que le hace Aprilia para regresar al 250 y termina en un discreto sexto puesto, con algunos problemas de readaptación a la categoría. Y es en 1998 cuando vuelve a ganar un Mundial, tras un polémico final de temporada en el GP de Argentina, con un adelantamiento a Tetsuya Harada, su compañero de equipo, que acabó con el japonés por los suelos. No han sido pocas las cervezas que me he tomado con mis amigos debatiendo esa acción, defendiendo que Loris entró por la puerta que le dejaron abierta, eso si, algo ajustado, pero estamos hablando de carreras de motos, no de baile de salón. Al año siguiente volvió al box de Honda y logró un 3º puesto final.
En 2003, después de una ausencia de más de 30 años del Mundial de Velocidad, Ducati le da a Loris la oportunidad de embarcarse en el sueño de todo tifosi de la marca, poniéndose a los mandos de la espectacular Desmosedici y abrumando a las fábricas japonesas con su velocidad punta. La temporada se saldó con un 4º puesto final, logrando seis podios y tres poles, además de la emotiva victoria en Montmeló, la cual los fans de Capirex y Ducati recordamos con un cariño especial.
Y finalmente, en 2008 ficha por su actual escuadra, con la que va a comenzar su tercera temporada juntos, el equipo Suzuki Rizla. Estos dos últimos años no ha conseguido resultados reseñables para un piloto de su nivel, debido sin ninguna duda, a la inferioridad mecánica y la falta de desarrollo de la GSV-R frente a la competencia.
Loris Capirossi tiene en su haber tres mundiales, 29 victorias, 99 podios y 41 poles. Personalmente, espero que la Suzuki cumpla puntualmente en alguna carrera para poder ver como ese piloto bravo que me ha hecho vibrar tantas veces, aumenta su palmarés. Álvaro, aprovecha el lujo que es tener a Capirex como compañero de equipo, porque estás junto a uno de los grandes.
Feliz cumpleaños amigo.
Vía | MotoGP.com, Loris Capirossi Fan-Club
Fotos Vía | Suzuki Racing, Motorcycle Racing OnLine [Elliot L Doering], La Lanterna del Popolo, Honda, Ducati Corse