Después de unos Grandes Premios con un rendimiento cada vez más pobre, Jonas Folger acabó por abandonar precipitadamente el Gran Premio de Japón sin poder levantarse de la cama antes siquiera de subirse a la moto en Motegi. Los médicos le recomendaron abandonar la competición y volver a Alemania para encontrar respuestas a la debilidad extrema que se estaba cebando con él.
Un mes más tarde, los análisis médicos reflejan que el piloto del Monster Yamaha Tech3 padece el conocido como Síndrome Gilbert, un desorden genético que afecta a entre el 2% y el 5% de la población.
Lo que en un principio se sospechaba que pudiera ser el virus Epstein Barr, o mononucleosis, se ha tornado en algo más complejo aún. El Síndrome Gilbert se trata de una patología que impide al hígado procesar correctamente las toxinas, por lo que éstas se van acumulando en el organismo y deteriorando el estado de salud del paciente.
Aunque el diagnóstico no es leve, Folger puede ahora al menos buscar soluciones a su situación. "Es tranquilizador poder comprender la situación y mirar hacia delante. Estas seis semanas han sido muy difíciles sin saber por qué mi cuerpo estaba tan mal", aseguraba el piloto del Monster Yamaha Tech3. Según los médicos ha sido una afección subyacente presente en el organismo del piloto durante años, pero que se ha agravado con el paso del tiempo.
No hay plazos de recuperación previstos para el rookie que subió al podio en el GP de Alemania. A partir de ahora tendrá que llevar una dieta especial y se someterá a una intensa desintoxicación para dispersar las toxinas, además de comprobar periódicamente sus niveles, por lo que es difícil establecer cuándo podrá volverse a subir a su Yamaha YZR-M1.
Por si fuera poco, después de la caída que sufrió en Aragón donde se golpeó el cuello, Folger se ha dañado un nervio en una de sus cuerdas vocales, lo que ha afectado a su habla, y para lo que se estima un plazo de recuperación total de entre uno y dos años.
Fotos | Monster Yamaha Tech3