El Gran Premio de la República Checa de 2020 es ya historia del motociclismo. Para siempre será recordada como una de las carreras más influyentes de todos los tiempos. El día que por primera vez ganó KTM. Y es que lo que vimos en Brno es lo más impredecible, inesperado y asombro de la última década de MotoGP, como mínimo. Más que cuando Jack Miller ganó en la lluvia de Assen.
Porque en Brno la constelación de KTM vio nacer a la estrella que tanto necesitaban. Brad Binder ha venido para quedarse, y están muy errados los que piensen que ha sido flor de un día. El corazón de África ya está en MotoGP, aunque sea en forma de un chico blando de sonrisa extraña y mentalidad de campeón.
Binder, el corazón de África que dejó su país con 12 años para perseguir un sueño
Dicen de Binder los que le conoce que es una persona hierática. No gasta ni un segundo más de la cuenta en celebrar una victoria ni en lamentarse de una derrota. Simplemente sigue trabajando para hacerlo mejor el próximo fin de semana. Sin embargo, la impertérrita cara de Binder parecía estar al borde de dejar caer una lágrima. Era su gran victoria.
Un triunfo que ha pillado por sorpresa a todos, pero a unos menos que a otros. Con la tabla de tiempos en la mano, Binder ya dejó asombrados a propios y a extraños en Jerez. Pero no salió por la tele, al menos para cosas negativas. En la primera se salió él solito en las primeras vueltas, y en la segunda lo hizo en la salida, llevándose por delante a su futuro compañero, Miguel Oliveira.
Pero en ambas carreras, cuando ya iba último en solitario, Binder comenzó a imponer un ritmo aplastante. Muchos decían que con ese ritmo el día que no fallase al principio podía ganar. Pero claro, la duda era si los nervios le iban a permitir ir igual de rápido rodando en cabeza. Ahora ya sabemos que Binder no sabe que es eso de los nervios.
Porque hay que recordar que hablamos de un piloto que es novato. Está en su primera temporada. Tan solo llevaba dos carreras en MotoGP antes de saborear el champán en la tercera. Su adaptación ha sido insospechada. Solo hay que ver que Álex Márquez, quien le ganó el mundial de Moto2 la temporada pasada, sufre para puntuar con la Honda.
Y es que Binder no es un rookie al uso. Ha llegado a MotoGP ya con 24 años, y mañana mismo cumple 25. Lejos de los 19 con los que aparecieron otros cracks como Fabio Quartararo o Marc Márquez. Binder ha llegado maduro de mente y de pilotaje a la categoría reina, y lo está plasmando desde el principio.
Siempre lo dije... @BradBinder_41 👏👏 https://t.co/k0pV3IOBP4
— Jorge Lorenzo (@lorenzo99) August 9, 2020
Su trayectoria hasta llegar hasta aquí ha sido única. Con 12 años se vino a España con su madre Sharon, separándose de su hermano Darryn, ahora en Moto3, y de su padre Trevor. Pudo disputar algunas carreras del último año de 125 cc, 2011, antes de la conversión en Moto3. Pero pasó años de sinsabores peleándose con una Mahindra. Hasta que KTM le convirtió en su estrella.
En su segundo año vestido de naranja Binder arrasó a la competencia en Moto3, siendo campeón del mundo con mucha diferencia. Dio el salto a Moto2, donde si no fue campeón la temporada pasada fue por la inestabilidad interna de KTM. Acabó a solo tres puntos de Márquez con un tramo final de campeonato de aúpa.
En Brno se convirtió en el primer piloto en ganar una carrera en MotoGP, Moto2, Moto3 y la Rookies Cup. Pero mucho más importante es que ganó en la categoría reina en su tercera participación, como Jorge Lorenzo. Marc Márquez lo hizo a la segunda, Dani Pedrosa a la cuarta y Valentino Rossi a la novena. Pero ninguno de ellos lo logró con una moto que, hasta entonces, no hubiese ganado nunca.
Ahora la duda es evidente, ¿puede Brad Binder aspirar al mundial de MotoGP 2020? Sí, a muchos les parecerá muy precipitado, pero hay que recordar dos cosas. La primera, que de momento no está Márquez, y la segunda que Binder ya tuvo ritmo para estar en los podios de Jerez. Si se deja de errores de novatos, hay que tenerle en cuenta. Va quinto en la general.
Y llega el doblete austriaco. Un circuito, el Red Bull Ring, que no solo es propiedad del patrocinador principal de KTM, sino que es el centro de operaciones de la marca. Dani Pedrosa estuvo probando allí hace unas semanas, como en Brno. Y la KTM debería ir muy bien en sus rectas, lo suficiente para poder aprovechar las horas bajas de Ducati y la ausencia de Márquez en Honda. Hay mundial.
El triunfo de Binder, y el de mucha gente más, empezando por Dani Pedrosa
No conviene que la eclosión de la estrella Binder opaque a toda su constelación. El triunfo de Brno ha sido el de mucha más gente además de Binder. Ha sido el primero de KTM, y se podría decir que el primero de muchos. Cuatro años después de que diesen el salto al vacío de MotoGP en aquel Gran Premio de Valencia, ya están en condiciones de ganar.
Porque no solo fue Binder. Pol Espargaró iba camino del podio también de no ser por ese polémico toque con Johann Zarco. En Jerez, un circuito que les debería ser contrario, las KTM ya fueron muy bien. En Brno han ganado, y que nadie las pierda de vista en el Red Bull Ring. Podemos ver mucho naranja en los próximos podios.
La victoria de Binder es también la del chasis tubular, aunque este año lo sea menos que en motos pasadas. Y, por supuesto, es un triunfo para Dani Pedrosa, que según Honda era demasiado pequeño para ser probador pero que solo ha tardado una temporada y media en entregarle a los pilotos titulares una moto ganadora.
Celebrations all round! 🙌@BradBinder_41 makes history, taking his and @KTM_Racing first win in #MotoGP 🏆 #CzechGP 🇨🇿 pic.twitter.com/old12HGOFU
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) August 9, 2020
Para él pueden venir problemas a partir de Austria. Si KTM vuelve a ganar alguna de las dos carreras, o si consiguen dos podios siendo uno de ellos un segundo puesto, dejarán de ser una marca con concesiones. Alcanzarán los 6 puntos, así que Pedrosa se quedará sin mucho trabajo. En ese escenario, hacer 'wild card' en 2021 tendría más sentido que nunca.
Cuando en Mattighofen decidieron meterse en un mundo tan ajeno a lo que ellos dominaban dentro de la competición nadie sabía cómo iba a salir. Sí, lógicamente las intenciones eran las mejores y la ilusión máxima, pero para ganar en MotoGP hace falta tener demasiadas cosas puestas a punto. KTM ha tardado tres años y poco, 60 carreras, en afinar su equipo lo suficiente como para ganar en MotoGP. Hacía 17 años, desde Ducati, que una nueva marca no ganaba en MotoGP.
KTM ha empezado a ganar en el mejor momento posible. Con los desarrollos congelados por el coronavirus, muchos temían que eso supusiese un frenado a las aspiraciones de la marca austriaca. Y para colmo, posiblemente por ello mismo, se les va Pol Espargaró. Con lo que nadie contaba era con que en Brad Binder les ha nacido una estrella.
El Repsol Honda ya va penúltimo en el mundial por equipos y la cosa promete empeorar
Pero alejándonos de los que son los grandes protagonistas de Brno, hubo mucho más de lo que hablar. Probablemente el podio formado por Binder, Franco Morbidelli y Johann Zarco sea el más extraño en una carrera en seco de toda la historia de MotoGP. Fue la primera victoria del sudafricano, pero también el primer podio para Morbidelli y para el equipo Avintia, ahora llamado Esponsorama.
MotoGP 2020 está siendo la fiesta de todos menos de Honda. Hasta Aprilia lució en las primeras posiciones durante un tiempo con Aleix Espargaró, y Ducati a falta de equipo oficial está tirando del coraje de Zarco y Pecco Bagnaia, ahora ausente. Pero en Honda no hay nada a lo que agarrarse más allá de la esperanza de que pronto vuelva Marc Márquez.
El Repsol Honda copó las dos últimas posiciones de la parrilla de salida en Brno. En carrera Álex Márquez al menos pudo sumar un punto, pero eso no evita que el Repsol Honda vaya penúltimo en la clasificación por equipos, solo dos puntos por delante de Aprilia. Sin las caídas de Espargaró en Jerez los campeones habrían pasado a ser los últimos.
Gracias al LCR, el equipo satélite, Honda mantiene algo más de dignidad en la clasificación por marcas. Van cuartos, pero probablemente salgan quintos de Austria, porque Suzuki está a solo tres puntos y Álex Rins ya está sano. Lo peor es que la distancia con Yamaha empieza a ser demasiado alta incluso para cuando vuelva Marc Márquez. Que bien les vendría ahora un desarrollador de motos como Dani Pedrosa.
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