En el mundo de los negocios no hay piedad. La pasión, el estilo o la belleza son valores añadidos a una marca que sólo puede funcionar si su entramado económico es sano y fuerte. Hace medio año que, ley en mano, un juzgado italiano sentenció a MV Agusta a reducir su modelo de negocio hasta que volviese a ser sostenible.
Pero aunque en Varese han conseguido una inyección de dinero con la participación de Black Ocean, los límites impuestos han obligado a MV Agusta a reducir su producción hasta ponerles las cosas muy difíciles. Como Giovanni Castiglioni ha afirmado a MCN sólo les queda una opción: encontrar un modelo que se venda bien y con mucho margen de beneficio o, con otras palabras, una Brutale 1200 para clientes muy premium.
El pozo financiero de una marca de alta costura
Castiglioni afirmó en esta entrevista que MV Agusta estaba de nuevo a pleno rendimiento, pero esto no es del todo cierto. Los planes de la prestigiosa marca italiana para sus modelos de 2017 se han trastocado a causa del pago de deudas pendientes, una posible investigación por fraude a la Seguridad Social italiana y la reducción temporal a poco más de 5.000 unidades al año les han hecho quedarse cortos de cash.
La consecuencia directa de reducir sus costes de operaciones va más allá de retrasos en los modelos para 2017. Toda la política de la marca se tendrá que redireccionar hacia un formato aún más pequeño, con menos gastos de funcionamiento y dirigida a un segmento aún más premium. A veces hay que dar un paso atrás para seguir caminando.
Castiglioni afirmaba en aquella entrevista que "aunque tenemos que discutir la situación con nuestros inversores, la realidad es que ahora mismo estamos volviendo a hacer caja". Pero no ha sido suficiente. Aunque decía il capo que "ningún modelo actual será eliminado por la Euro 4", la última moto de la gama de Varese en llegar ha sido la MV Agusta Brutale 800 RR adaptada para poder venderse a partir del 1 de enero de 2017. El resto de las motos por venir en 2017 serían lo mismo, adaptaciones, pero hasta el momento no tenemos noticia de ninguno.
Salvo que próximamente los italianos nos den una sorpresa, las conversiones a Euro 4 de las Brutale 675 y F3 675 se habrán metido en la nevera por ser las más costosas de adaptar. Si la Brutale 800 RR estrena el motor Euro 4, las F3 800, Brutale Dragster, Stradale, Rivale y Turismo Veloce podrían acogerlo próximamente porque su coste de desarrollo ya está hecho. Los modelos de litro también deberían reconvertirse para seguir compitiendo en Superbikes, algo que no pasa en las F3 675 cuya continuidad en la categoría Supersport está por ver.
En cualquier caso no todas llegarán a venderse, o no lo harán con la soltura que se vendían hasta ahora. El tijeretazo en el volumen de producción de MV Agusta dejará fuera a los modelos con menos éxito de la marca porque a nivel de costes no pueden permitirse producir más de lo que están autorizados a vender.
No sabemos si los modelos adaptados llegarán o directamente MV Agusta pegará un volantazo para intentar salvar su viabilidad financiera. Castiglioni confesó recientemente a MCN que "una Brutale 1200 se vendería muy bien, así que estamos centrados en eso", lo que anunciaría un modelo completamente nuevo. Algo para lo que meses antes ya dijo que no tenían recursos suficientes y que en estas últimas declaraciones dejó caer diciendo que no hay recursos para desarrollar una nueva Superbike.
"Tenemos que fabricar menos motos, modelos aún más premium con un elevado nivel de calidad para un público top, un mercado donde los márgenes además son mejores". Una hipotética MV Agusta Brutale 1200 podría dejar en pañales los 19.990 euros que cuesta la actual MV Agusta Brutale 1090 RR, llegando fácilmente a los 30.000 euros. Si Castiglioni dice que se vendería bien supongo que será porque o sabe que será así, o tiene una cartera de clientes que justifique esa afirmación.
En cualquier caso, la ahora aún más pequeña marca de Varese lo que no va a dejar de lado será la producción de modelos especiales como la recientemente presentada MV Agusta F4Z, modelos únicos o en muy cortas tiradas cuyo desarrollo está pagado prácticamente con un cheque en blanco, con un ingente margen de beneficio en el momento de la venta y que, además, incrementan el hype sobre la marca.
Lo que está claro a estas alturas es que si MV Agusta quiere sobrevivir, Castiglioni tendrá que hacer algo más que olvidarse completamente de los ambiciosos planes que quería alcanzar llegando a doblar su producción hasta las 20.000 unidades y deshaciéndose del capital en posesión de Mercedes-AMG, especialmente después de haber tenido que despedir a casi la mitad de la plantilla.
Vía | Motorcycle News