La despedida a la Suzuki GSX-R1300 Hayabusa no ha venido sola, por desgracia. Otro icono entre las motos deportivas, otro icono de Hamamatsu, también nos ha dejado esta temporada: La Suzuki GSX-R750.
Al igual que ya pasó con la GSX-R600, la Suzuki GSX-R750 ha abandonado el plano de las motos vivas de manera definitiva en el mercado europeo, y no tiene visos de que una moto tan carismática cuya producción se ha extendido de manera ininterrumpida durante más de tres décadas vuelva a renacer.
La Superbike original nos deja
Desde su llegada en el año 1985, la Gixxer sentó cátedra como una moto revolucionaria entre las superdeportivas de la época. Su doble faro redondo, el chasis de aluminio y un motor que superaba con holgura la barrera de los 100 CV para un peso del conjunto inferior a los 200 kg la convirtieron de inmediato en una máquina de ensueño.
Fue la GSX-R750 la que obligó al resto de marcas a reaccionar, convirtiendo la escalada de potencia y la guerra al peso en una obsesión para todos los fabricantes, pero especialmente para los japoneses. En su particular código de honor todos intentaron superarse año tras año y gracias a aquella carrera por hacer la mejor deportiva tanto en carretera como en circuito hoy tenemos un excelente nivel tecnológico en el mundo de las dos ruedas.
Durante los más de 30 años que la Gixxer 750 se ha mantenido en activo siempre ha sido una apuesta particular de Suzuki, especialmente desde que el reglamento del Campeonato del Mundo de Superbikes cambió para 2003 desterrando a las 750 cc de cuatro cilindros para siempre.
Pese a que una cilindrada a caballo entre las 600 cc y Superbike de litro dejó de tener cabida en la competición, para la calle la Suzuki GSX-R750 siempre ha gozado del beneplácito de la firma japonesa. Una moto con fisionomía y manejabilidad de una Supersport pero con un extra de potencia más o menos cercano a las 1.000 cc convertían a esta moto en un arma extremadamente divertida en carretera, un tanto oldschool con la electrónica mínima y asequible, por debajo de los 13.000 euros. Hasta ahora.
La normativa Euro 4 llegó en 2017 y obligó a los amantes de esta equilibrada propuesta a darse prisa para hacerse con una de estas motos. A partir de entonces la moratoria sólo permitía a las marcas vender las motos que tuvieran en stock. A partir de 2019 esa moratoria ya ha vencido y no hay más posibilidades para comprarse una GSX-R750 salvo que se recurra el mercado de segunda mano.
Como un pequeño resquicio salvador, tanto la Suzuki GSX-R750 como la Hayabusa aún pueden comprarse en el mercado estadounidense. En ambos casos se trata de modelos desactualizados sólo aptos para nostálgicos y amantes de las motos previas a la fiebre por la electrónica y los apéndices aerodinámicos (aunque la Hayabusa es un apéndice aerodinámico en sí misma).
Pero poniendo todo esto en consideración, ¿podría Suzuki recuperar la GSX-R750? Si hay una marca que podría hacerlo es, sin duda, Suzuki. Ellos han sido los únicos que han mostrado fidelidad a esta propuesta y, de hecho, cuentan con parte del material necesario para hacerlo.
Sin ir más lejos la Suzuki GSX-S750 no es ni más ni menos que una moto naked hecha a partir de la base de la última actualización de la GSX-R750. Chasis, motor, frenos, suspensiones (simplificadas), basculante y parte de la gestión electrónica son heredados de la deportiva.
Suzuki podría construir una GSX-R750 que cumpliera con las nuevas normativas de emisiones sin demasiado esfuerzo, haciendo el camino inverso y radicalizando al modelo naked, pero al mismo tiempo sería un esfuerzo baladí. El segmento de las motos deportivas está de capa caída y sólo tiran del carro aquellas marcas con un verdadero interés deportivo como Ducati, Kawasaki o Yamaha.
Actualmente Suzuki no está para muchos esfuerzos. Basta con ver que su única novedad relevante para 2019 es la llegada de la Suzuki GSX-S1000S Katana, una moto que es poco más que una GSX-S1000 con un carenado distinto. Recuperar una deportiva para venderla entre poco y nada, sin interés deportivo y con una propuesta desactualizada no debería pasar por los planes de Suzuki.
Te echaremos de menos, Gixxer.