Lord Drake Kustoms lo ha vuelto a hacer. El preparador español ha vuelto a crear una moto única que ya está dando la vuelta al mundo con una creación de lo más particular: una custom mitad Harley-Davidson, mitad Chevrolet. "Puro músculo americano", dicen, pero a la española.
Una moto preparada para un belga y cuyo nombre es ''Sportster Camaro '67', una mezcla entre la H-D Sportster y el Chevrolet Camaro de ese mismo año.
El sueño de un belga hecho realidad por un taller custom español
Ya hemos hablado y visto otras preparaciones de Lord Drake Kustoms. Francisco Alí Manen es quien lleva las riendas del taller de preparación, y la lista de encargos es larga. Uno de sus últimos trabajos fue una petición de un aficionado belga que ya había visto su mano previamente. El objetivo era crear una moto para hacer compañía a otra bestia americana en su garaje.
Le pidió algo muy particular, basándose en los modelos Sportster Scrambler tipo Bultracker, pero con una curiosa petición: que estuviese basada en uno de sus coches fetiches, el Chevrolet Camaro de 1967. Estaba a punto de nacer una bestia yanqui.
La moto llegó desde Bélgica a España para empezar el trabajo. La base era una Harley-Davidson Nightster 1200, que pronto se convertiría en una scrambler anaranjada y muy al estilo yanqui.
Para empezar la modificación, los malagueños modificaron la horquilla delantera, los amortiguadores traseros Öhlins, recortaron el subchasis y fabricaron unos nuevos guardabarros delanteros y traseros. También recibió unas nuevas llantas custom de 18 y 21 pulgadas delante y detrás, respectivamente, y poco a poco se iba a convertir en un muscle car sobre dos ruedas.
Los pequeños detalles son los que marcan la diferencia, y en esta moto también. Desde el filtro de aire con los emblemas de Chevrolet, pasando por el manillar tipo BMX, el portamatrículas que nace del basculante intermitentes en los puños y hasta el cuentakilómetros Koso.
Naturalmente lo que más llama la atención de un primer vistazo es el acabado de la moto. El motor con acabado en negro y tapas cromadas es muy vistoso, a juego con la carrocería acabada en naranja con una línea blanca al estilo del Chevy Camaro. Hasta las costuras del asiento son de color naranja con forma romboide.
El belga acabó yendo a Málaga para ver el resultado final en persona. Y vaya que si le gustó. El taller malagueño envió la moto de vuelta a Bélgica, donde curiosamente, vive en un garaje acompañada de su hermano de cuatro ruedas, un auténtico Chevy Camaro del '67.