Comentaba el otro día mi compañero Jesús Martín la posible llegada a Europa de la Yamaha SCR950. Hoy, la firma nipona ha confirmado en el Salón de Colonia que a partir de febrero de 2017 la tendremos en los concesionarios de nuestro país.
De esta manera, sumaremos una nueva srcambler al amplio catálogo de motos que podemos adquirir en Europa. Esta Yamaha combina lo sencillo con lo desarrollado para conseguir una moto que resulta ser muy interesante.
Un bicilíndrico en uve de 942 cc y un diseño clásico
Empezamos por el corazón de este modelo: un motor bicilíndrico en V de 942 cc a 60 grados, refrigerado por aire: aquí observamos el primer detalle de su corte clásico. El motor ofrece un par motor de 79,5 Nm a las 3.000 rpm, lo que garantiza una mayor comodidad a la hora de conducirla. Jesús ya nos comentó su potencia: 52 caballos.
La salida del escape es 2 en 1: el colector del escape se une en uno sólo para acabar en un silencioso que sale por la parte derecha inferior de la moto, justo por debajo de la palanca del freno trasero. El escape, sin duda, le da un toque especial.
La suspensión también es sencilla, tradicional: la horquilla, no invertida, cuenta con dos tubos de 41 mm de diámetro y un recorrido de 135 mm. Atrás contamos con dos amortiguadores que contienen también depósitos de precarga; ofrece en total 110 mm de recorrido. La altura libre al suelo es de 145 mm.
¿Y cómo frena? El disco delantero es ondulante y flotante, mientras que el trasero es ondulante; ambos de 298 mm. En cuanto a las ruedas, la trasera es de 17 pulgadas, mientras que la delantera es de 19, las dos con llantas de aluminio. Esto garantiza una altura del sillón de 830 mm.
Si atendemos a su diseño, vemos una moto que no se aleja de lo convencional y que sí se acerca a lo clásico. El asiento es cómodo tanto para pasajero como para piloto. La forma del tanque le da un toque muy especial. En cuanto a colores, podremos adquirirla en dos diferentes: Vivid Red y Yamaha Black.
Tecnológicamente es sencilla: cuenta con un marcador LCD circular con cristal ahumado. La verdad, puestos a escoger, habría preferido uno analógico que mantuviese la tónica vintage.
Fotos | Yamaha